Régimen vuelve a dejar en la calle a Camila Acosta, periodista de CubaNet Esta constituye la quinta mudanza en cinco meses, y la segunda en menos de un mes, de la periodista independiente Cubanet 21 de julio de 2020
Camila Acosta. Foto archivo
MIAMI, Estados Unidos.- Por presiones de la policía política, la periodista de CubaNet, Camila Acosta, hoy fue obligada a abandonar la vivienda que habitaba. Esta constituye la quinta mudanza en cinco meses y la segunda en menos de un mes.
En febrero último, la Seguridad del Estado citó y amenazó a los propietarios de la vivienda que rentaba en La Habana. Les impusieron una multa de 3000 CUC y les dijeron que si no la desalojaban perderían el apartamento.
Desde entonces, la periodista se ha visto obligada a transitar por varias rentas.
“Siempre que me ubican, citan a los dueños del lugar y los amenazan. Esta es la tercera vez que ocurre, aunque me he tenido que mudar al menos cinco veces desde febrero. Llevo cinco meses viviendo como una fugitiva, siempre tratando de estar fuera de los radares de la Seguridad del Estado, pero ellos tienen sus mecanismos bien creados para dar conmigo, ya sean los CDR [Comités de Defensa de la Revolución] o mediante la geolocalización”.
En esta ocasión, Acosta estaba en proceso de comprar un apartamento. Cuenta que citaron a los vendedores y les dijeron que podían venderle el apartamento a cualquiera menos a ella o a alguna otra persona que se relacionara mínimamente con ella.
“No existe en Cuba ninguna ley que le impida a una persona venderle algo a un periodista independiente o disidente ‒expone Camila Acosta‒ pero la Seguridad del Estado recurre a los planes e intimidaciones más macabras para hacernos la vida imposible”.
Por su trabajo, Camila Acosta se halla entre los regulados, o sea, ciudadanos cubanos impedidos de salir del país. En la lista, de más de doscientos regulados, se cuentan a alrededor de sesenta periodistas independientes.
También ha sido citada, interrogada y amenazada en varias ocasiones por los oficiales de la Seguridad del Estado y es una de los más de treinta multados en virtud del Decreto-Ley 370, sobre la Informatización de la Sociedad en Cuba, catalogado como la Ley Azote.
“Todo esto que te estamos aplicando, no es porque haces bien, si no muy bien, tu trabajo”, le profirió el represor Alejandro en marzo último cuando la periodista fuera arrestada luego de reportar desde La Habana una manifestación pacífica a favor de la libertad del artista Luis Manuel Otero Alcántara, quien fuera liberado semanas más tarde.
Para Acosta, el objetivo de todas estas presiones “es obligarme a abandonar el país o el periodismo independiente; pero no voy a hacer ni lo uno ni lo otro. Yo nací en Cuba y tengo tanto derecho como cualquier cubano a permanecer aquí. Tampoco voy a abandonar el periodismo, eso fue lo que estudié, lo que me apasiona y lo practico como un derecho humano, el de la libertad de expresión”.
Durante la crisis por la COVID-19 en Cuba, decenas de periodistas independientes han sido hostigados por los órganos represivos de la Seguridad del Estado cubana. Camila Acosta fue igualmente amenazada con el aislamiento por supuestos síntomas de coronavirus. Para ella, además de los peligros de contagio de la pandemia, lo peor ha sido el asedio constante de la policía política.
Organizaciones internacionales como Prisoners Defenders y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se han pronunciado por la persecución a los periodistas independientes en Cuba, sobre todo en medio de la pandemia.
Acosta estuvo entre los panelistas invitados en junio último para presentar el primer Informe País de la CIDH, sobre los derechos humanos en Cuba.
Según el documento, “Cuba sigue siendo el único país del Hemisferio en el cual no existe ningún tipo de garantías para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Permanece un modelo de monopolio estatal sobre los medios de comunicación y se mantiene la prohibición de fundar medios privados, todo lo cual es incompatible con los estándares internacionales sobre libertad de expresión. Habría persecución selectiva y deliberada en contra de medios y periodistas independientes, y por períodos incluso recrudece (…) En general, en materia de libertad de expresión, se observa una grave discriminación por motivos políticos en el ejercicio de los derechos humanos a todo aquel que piense o quiera expresarse distinto al régimen socialista”.
Para Camila Acosta, “el periodismo independiente es actualmente la piedra en el zapato del régimen. Saben, por experiencias históricas, que la libertad de expresión y prensa es fundamental en las democracias o, en este caso, del tránsito a la democracia. Cada vez somos más los profesionales que, en Cuba, reportamos, denunciamos, visibilizamos la verdadera realidad de los cubanos. Es algo que ya no pueden parar”.
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