Ancianos cubanos dependientes del Sistema Atención a la Familia no tienen con qué pagar sus alimentos Francisco Alemán de Las Casas Radio Viva 24 7 de enero de 20212
El llamado “ordenamiento monetario” deja a muchos ancianos no autovalentes o discapacitados a merced de la caridad de sus vecinos. Desde el 1° de enero de este año, el régimen de Cuba se exime de proporcionarles alimentos subsidiados con entrega domiciliaria, a bajo costo.
El menú que antes les enviaba el Sistema Atención a la Familia para almuerzo y comida, costaba hasta 3 pesos diarios. En la actualidad sobrepasa los 20 pesos.
Vecinos de Alicia, una maestra jubilada (80 años), residente en el reparto El Sevillano, Ciudad de La Habana, denunciaron a Radio Viva 24 que la situación se les vuelve desesperante. La abuela no tiene familiares cercanos. Las personas que la atienden deben viajar largas horas para llevarles la alimentación y el cuidado que necesita.
“Alicia está bien cuidada gracias a ellos, porque hay otros viejitos de El Sevillano que se están muriendo de hambre, hechos una bolita de churre. Nosotros hacemos lo que podemos, pero es que tampoco tenemos ni para nosotros”, comenta Olga, una vecina.
“La comida que les dan es mala y la parte que podría salvarse, la proteína, se la roban los que la reparten”, dice la vecina.
Ración para una comida con pobre balance nutricional.
Ración para una comida con pobre balance nutricional.
Menú diario para un anciano de 10 de Octubre: 20 pesos.
Misión imposible: sobrevivir en Cuba con una pensión de jubilación
Alicia recibe una pensión de 1.528 pesos. Descontemos de ahí los 30 pesos mensuales del pan; la electricidad, que subió un 500%, el agua, que ahora vale 7 veces más que antes y la canasta básica, cuyo valor ronda los 1.500 pesos mensuales.
Es decir, que con su pensión Alicia no puede pagar siquiera los alimentos básicos para la subsistencia.
Además, cada vez que requiere atención hospitalaria de urgencia, la anciana debe para 500 pesos por el alquiler del transporte privado, porque las ambulancias nunca llegan.
“Otra vecina nuestra, una señora 91 años que vivía solita, que estaba operada de la pierna, murió en su casa porque la ambulancia nunca llegó, a pesar de que supuestamente habían coordinado con hospital. A la pobre no pudieron retirarle los puntos y aquello se le infestó. Murió con unos dolores horribles”, nos dice Olga.
Mientras tanto, desde ese un universo paralelo que se conoce como “la mesa redonda” y que se transmite por la televisión cubana, la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss asegura que la atención a los ancianos no se ha visto afectada por los cambios.
Sin que le tiemble un músculo en su cara de concreto reforzado, Bolaños asegura que los alimentos que se les entregan a los ancianos “son de calidad de restaurante”.
En diciembre pasado la ministra de Finanzas y Precios de Cuba aseguró que “el presupuesto del Estado para 2021 reafirma su carácter eminentemente social”.
Es posible que no haya un solo cubano que se lo crea, pero la mayoría optará por guardar silencio. En estas Guerras del Hambre priman el instinto de conservación y por sobre todas las cosas, la desidia. El muerto que lo ponga otro.
Mientras tanto, más de 11 millones de personas muere a cuentagotas, a la espera de un milagro, que, invariablemente deberá llegar desde fuera de Cuba.
(Dios los coja confesados). |