Hay una mejor manera de que Biden apoye la democracia en Cuba, más allá de los acercamientos Rosa Maria Paya PUBLICACIÓN DE WASHINGTON POST, FEB 18, 2021 republicado en versión español por Orlando Luis Pardo Lazo en Facebook
Rosa María Payá es la directora ejecutiva de la Fundación para la Democracia Panamericana.
En los últimos dos meses, han habido más de 250 protestas en las calles de Cuba. Aunque el régimen cubano intenta negarlo, el pueblo cubano exige un cambio democrático. Ahora el presidente Biden tiene una gran oportunidad para ayudarles a lograr ese cambio por fin.
El régimen cubano priva a los ciudadanos de las libertades fundamentales, incluido el derecho a reparar los agravios, o incluso a recibir ayuda humanitaria internacional. Cuando toneladas de ayuda fueron enviadas el año pasado, donadas por cubanos en Estados Unidos directamente al pueblo cubano y la sociedad civil para su distribución inmediata en medio de la crisis del covid-19, la ayuda fue robada por el régimen. Las autoridades cubanas persiguen a los más vulnerables e imponen restricciones a los empresarios. El control sobre la población se mantiene aumentando la represión. Sin embargo, cada vez más cubanos expresan su necesidad y deseo de libertad.
Mientras el gobierno cubano y sus aliados presionan a la administración de Biden para hacer concesiones unilaterales que sólo beneficiarían a la dictadura, es importante destacar que estas llamadas no representan el mejor interés de nuestro pueblo. Algunos están buscando imponer una falsa elección entre las políticas de Obama y las administraciones de Trump. Biden debería escuchar directamente a los cubanos que viven en la isla, así como a los obligados a exiliarse en Estados Unidos. Hay una tercera forma que se basa en las experiencias aprendidas de las administraciones anteriores y que serviría a ambas naciones.
Los Estados Unidos deben defender el derecho del pueblo cubano a la democracia y a disfrutar de elecciones libres, justas y multipartidistas. La administración de Biden debe reconocer a los miembros de la oposición y la sociedad civil en Cuba y en la diáspora como interlocutores válidos. Biden y el Congreso no deberían hacer concesiones unilaterales, sino pedir a Cuba que dé pasos irreversibles hacia el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales. Estas medidas deben incluir: la liberación incondicional de todos los presos políticos; el fin de la represión; y el respeto en la ley y en la práctica de la libertad de expresión, asociación, incluidos los partidos políticos independientes, la Asamblea Pública y la libertad económica.
Biden también podría promover la ayuda humanitaria del pueblo estadounidense que ayudaría directamente a los ciudadanos cubanos y a la sociedad civil, impidiendo cualquier tipo de intervención o beneficios para el régimen y su liderazgo militar, que hoy en día mantiene las ganancias y toda la moneda dura en la isla. La administración de Biden debe responsabilizar a todas las autoridades cubanas involucradas en graves violaciones de los derechos humanos. El presidente debería imponer sanciones políticas, financieras y diplomáticas individuales y considerar utilizar la Ley Global Magnitsky.
Mi padre, Oswaldo Payá, fue un líder de la oposición cubana y una voz importante en la comunidad internacional. Su vida fue arrebatada por agentes del régimen cubano en 2012. En respuesta a este ataque, entonces senador. John Kerry pidió ′′ una investigación imparcial y de terceros sobre las circunstancias que rodean la muerte de Oswaldo Payá." Las autoridades cubanas se han negado a hacerlo, demostrando así de nuevo la impunidad del régimen. Nuestro hemisferio ha pagado un alto precio por décadas de impunidad para la dictadura cubana.
El régimen sigue comprometido a desestabilizar la democracia en América Latina, con graves consecuencias para la seguridad nacional de los Estados Unidos. En Venezuela, Cuba sigue apoyando el régimen de Nicolás Maduro, con consecuencias devastadoras para el pueblo venezolano, que, al igual que los cubanos, siguen huyendo de la represión y la crisis económica. El cambio de régimen democrático en Cuba es esencial para la paz y la estabilidad en el Hemisferio Occidental y también para evitar que la dictadura genere otro éxodo masivo.
Biden debería considerar denunciar las actividades ilícitas del régimen, incluido el uso explotador de las ′′ brigadas médicas," y tratar de enjuiciar ante los tribunales a aquellas personas vinculadas a actividades criminales y terroristas. Debería pedir a otras naciones de nuestro hemisferio que tomen medidas similares. También debería promover la participación de los grupos de la sociedad civil cubana independientes en la Cumbre de las Américas que se celebrará en los Estados Unidos, y vetar la participación del régimen cubano hasta que cumpla los artículos de la Carta Demócrata Interamericana.
Todos los cubanos sueñan con un país sin la intolerancia ideológica actual, apartheid político y exclusión económica. Muchos cubanos están trabajando para que ese sueño se haga realidad a través de iniciativas como Cuba Decide, un esfuerzo integral para empoderar a los ciudadanos cubanos y presionar al régimen para que finalmente se someta a la voluntad del pueblo y acepte un plebiscito vinculante con estrictas condiciones democráticas dando paso para cambiar. Nuestros esfuerzos buscan promover un enfoque no partidista de la política de Cuba.
Hace años, mi padre declaró que el mejor resultado entre Estados Unidos y Cuba sería ′′ proclamar buena voluntad entre nuestras dos personas: queremos libertad y amistad."
El presidente Biden puede hacer lo que los presidentes anteriores no hicieron y lograr ambos objetivos.
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