Leonardo Morales.- 26 de marzo de 2021- MIAMI- El envío de remesas desde Estados Unidos hacia América Latina es hoy más que antes el modo de supervivencia de dictaduras como Cuba, Venezuela y Nicaragua, y fuente vital de ingresos para las narcoizquierdas en la región, cuyas economías –ya deprimidas antes de la crisis- han retrocedido décadas con la pandemia de COVID-19. Así lo indican informes recientes del Fondo Monetario Internacional y expertos que coinciden con esa aseveración.
El tráfico de migrantes hacia EEUU es el segundo negocio ilícito más lucrativo, después del narcotráfico, incluso muchos grupos del narcotráfico son quienes dirigen el cruce de personas como otra fuente de ingresos ¿Las autoridades no saben quiénes son?: Totalmente falso. Lo permiten y son cómplices de este criminal delito -que incluye violaciones, asesinatos, prostitución de menores- porque la mayoría se convierte más tarde -si logran entrar a EEUU- en "ATM" (cajeros humanos) que aumentan el flujo financiero desde Norteamérica hacia los países de centroamérica y el resto del continente.
La situación económica y sanitaria de hoy en Cuba, por ejemplo, es similar a la etapa de desaparición del campo socialista de Europa del Este. La única diferencia es que ahora la moneda circulante es el dólar con una infraestructura adaptada a ese tipo de adquisición financiera.
El fracaso de los modelos socialistas de Cuba y Venezuela –con un desabastecimiento sin precedentes- era ya más que alarmante antes de la pandemia.
Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo del planeta, ha destruido su industria petrolera, con el 99% de sus plataformas de extracción inactivas. Cuba, un país agrícola y productor de azúcar, no produce ni el 50% del consumo nacional de glucosa y mucho menos es capaz de suplir las necesidades alimentarias de la población. Más del 68% del consumo de productos agrícolas y de nutrición en el país son importados a un costo superior a los 2.200 millones de dólares anuales.
La destrucción que causa el sistema socialista
Según datos de la firma energética estadounidense Baker Hughes, las plataformas petroleras de Venezuela se encuentran sin funcionar. En 1998, la cifra en actividad al 100% de capacidad sobrepasaba el centenar y la industria dejaba ganancias netas sobre los 70.000 y 90.000 millones de dólares anualmente, hasta hace poco más de una década.
La industria petrolera venezolana, que tuvo un pico de producción de 3,7 millones barriles diarios en 1970, involucionó a los niveles de 1934, con una producción actual promedio que oscila entre 400.000 y 500.000 barriles diarios.
En el 2020, con el precio mundial de crudo sobre los 20 dólares el barril y menos durante varios meses de pandemia, el ingreso por exportaciones petroleras fue el más bajo en los últimos 70 años, como había pronosticado la OPEC (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
La administración Trump paralizó casi todas las fuentes de ingresos y operaciones de Cuba y Venezuela que empleaban subterfugios dentro del sistema financiero internacional; congeló cuentas y aplicó sanciones severas contra organismos mundiales, bancos y empresas que facilitaran las transacciones en dólares de los regímenes de Cuba y Venezuela. Ambos, Venezuela con mayor silencio y Cuba, abiertamente, se han visto forzados a dolarizar las ultra desvencijadas economías socialistas.
La dolarización en Cuba y Venezuela
Según un informe de la firma Ecoanalítica, el dólar ocupa más del 55% del valor total de las transacciones que se realizan hoy en Venezuela, sin embargo, la cifra parece ser conservadora debido a que tanto la dictadura cubana como la venezolana son enemigos de la transparencia y sus estadísticas distan de la realidad. Debido a la falta de datos, el Fondo Monetario Internacional no pudo hacer previsiones del 2020 para Venezuela.
El economista Guillermo Arcay, de Econalítica, asegura que "es imposible saber cuántos dólares realmente circulan por Venezuela, no obstante, considera que "es probable que sea ya superior a la de bolívares”.
Con una aguda escasez de [todo tipo de suministros], entre ellos la gasolina, una inflación imparable; la producción de bienes, las exportaciones y su infraestructura en una depauperación asombrosa; con un valor simbólico del bolívar y calidad de vida inexistente junto a la destrucción y parálisis de su industria petrolera, el régimen de Nicolás Maduro parece hacer magia para subsistir. Entonces, la pregunta salta: ¿Desde dónde llegan los dólares a Venezuela y por cuál vía la dictadura resiste?
El Centro de Estudios Diálogo Interamericano [estima] que el total de remesas que entraron en Venezuela en el 2019 fue de 3.115 millones de dólares, el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) del País. Pero esa cifra, podría ser mucho mayor; lo mismo sucede con los cálculos sobre la entrada de dólares a Cuba.
Las remesas: el salvavidas de gobiernos y dictaduras
Los más de 500.000 venezolanos que residen en EEUU enviaron en el 2020 más de 870 millones de dólares, cifra que duplica el monto proveniente de Chile y España, donde existen comunidades importantes de venezolanos. Con la aplicación ahora del Estatus de Protección Temporal (TPS) en EEUU, el número de venezolanos registrados en Norteamérica debe subir notablemente.
El 80% de los casi 6 millones de venezolanos migrantes y refugiados (hasta octubre del 2020) se encuentra en países de América del Sur y EEUU. Una importante cifra de 300,000 se encuentra en España, otras decenas de miles en el resto de Europa.
Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía y director de AGPV, asegura que en el 2021 el nivel de actividad económica "lo va a determinar el consumo privado y las remesas, junto a las transferencias del gobierno; es lo que va a sostenerlo”.
Diversos estudios muestran que 70% de los venezolanos que viven en EEUU envían a su país de origen entre el 20% y el 25% de sus ingresos.
El flujo de remesas a Venezuela es ahora materia prima y una importante fuente de ingresos, después del petróleo.
Fuentes de ingresos
Gobiernos represores como Venezuela, Cuba y Nicaragua y otros con un cuestionable sistema “democrático” de izquierda como Argentina y Bolivia crean empresas y plataformas en el exterior bajo el telón de libertad empresarial de terceros para alimentar sus objetivos y burlas sanciones de Estados Unidos y de la Unión Europea.
Ese ha sido el caso de Cuba, la dictadura más criminal y antigua de América Latina. Los Castro no solo fomentaron la violencia en la región con dinero del narcotráfico y de grupos empresariales entregados al crimen internacional, sino que construyeron células de distribución de fondos para sobornos en campañas electorales. Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Lula Da Silva, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Daniel Ortega y una gran lista de ministros, funcionarios, diplomáticos y altos cargos militares en diversos países se han beneficiado directa e indirectamente de la recolección monetaria y fraudulenta del autoritarismo castrista, sin entrar en otras regiones del planeta como Europa.
Ex miembros de la inteligencia cubana y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) han dado fe de lo anterior en libros testimoniales y entrevistas a reconocidos medios de comunicación estadounidenses.
El dinero de las remesas de exiliados cubanos ha servido durante varias décadas para financiar los objetivos macabros de gobiernos socialistas en América Latina, la corrupción, grupos paramilitares y partidos de la izquierda radical. Ahora Venezuela ha emprendido el mismo camino.
Telón humanitario de las remesas
Decenas de plataformas en internet para el envío de dinero a Venezuela han nacido como un “puente humanitario” de ayuda a familias dentro del caos económico, represión y corrupción que sufre hoy el pueblo venezolano. Un capítulo de copia y sucesión de los 62 años de castrismo despiadado.
La acción humanitaria de las remesas familiares termina oxigenando a gobiernos corruptos, represivos y totalitarios como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Las remesas se apegan al lado humano y son utilizadas para opacar el verdadero trasfondo de la pobreza crónica que generan gobiernos fallidos y el socialismo [distribución equitativa de la miseria y el control de una élite sobre la mayoría engañada y desamparada].
La migración de millones de venezolanos, cubanos y latinoamericanos en general, confirma una vez más la incapacidad de sistemas de gobierno apuntalados sobre ineficientes infraestructuras y la corrupción, pero se convierte finalmente en la fórmula para sustentar a estos gobiernos y dictaduras en la región y sobre todo, encubrir políticas que décadas anteriores causaron graves estallidos sociales. Hoy, las remesas desde EEUU y Europa -y los gobernantes lo saben muy bien- es una válvula de escape rápida y efectiva en Latinoamérica, que libera la presión popular y evita explosiones sociales. Emigrar a EEUU para sacar a las familias del ciclo de indigencia es ahora la premisa principal, frente a la indiferencia y la falta de exigencias de cambios efectivos y prosperidad a los gobiernos en el poder. Lamentable realidad.
lmorales@diariolasamericas.com Publicado en /Diario Las Américas/. |