TURISMO SIGNIFICA APARTHEID DEGRADANTE PARA CUBA. Por Jaime Leygonier.
El turismo floreció en Cuba desde los años 90 para apuntalar a su régimen con divisas manchadas por la marginación a los cubanos con métodos que tipifican legalmente como delito de apartheid. Cadenas hoteleras internacionales, principalmente españolas, cayeron en Cuba como buitres sobre un cadáver, para lucrar hombro con hombro con el estado cubano gracias a ese sistema de marginación a los nacionales. El Dr. Darsi Ferrer Ramírez, del Centro de Salud y derechos Humanos ¨Juan Bruno Zayas¨ en su informe ¨ BASTA DE APARTHEID EN CUBA, CAMPAÑA POR LA DIGNIDAD DE LOS CUBANOS ¨ analizó apenas un mínimo de este flagelo. En su informe acerca del apartheid en Cuba el médico disidente se quedó corto. El Dr. Ferrer teme no ser creído en el extranjero por lo absurda que es la realidad. Es incalculable la degradación impuesta a la sociedad por la práctica del Estado -- en complicidad con inversionistas extranjeros – de prohibir a los nacionales los servicios hoteleros , playas selectas , transportes , la propiedad o alquiler de automóviles y apartamentos, servicios de telefonía celular , Internet y los mejores servicios hospitalarios . El Estado niega esto a los cubanos por el sólo hecho de ser cubanos. En ¨ la sociedad más justa y solidaria del mundo ¨, el gobierno -- que blasona de patriota – prohíbe a los nacionales hospedarse en hoteles, hospedar a extranjeros o relacionarse con ellos , poseer teléfono celular , acceso a Internet o comprar un apartamento. Como afirma el informe del Dr. Ferrer: ¨ Miles de jóvenes e incluso niños, sufren o han cumplido prisión por el mero hecho de frecuentar zonas turistas. Entablar conversación con extranjeros con frecuencia deviene en una sanción penal de peligrosidad por ¨ asedio a turistas ¨. Los cubanos -- que sufren trabajos increíbles por el abandono estatal del transporte público -- ven pasar ómnibus vacíos reservados exclusivamente para turistas extranjeros. Caminan kilómetros y – con sed – ven a los turistas consumir bebidas que los cubanos no pueden comprar por carecer de divisas o – si las tienen – porque en esas mesas no sirven a los cubanos, sino sólo a los huéspedes extranjeros. Más perjudicial resulta cuando los pacientes quedan con su tratamiento interrumpido o una intervención quirúrgica pospuesta indefinidamente porque los médicos que los trataban fueron trasladados para atender a extranjeros en hospitales reservados a estos -- o enviados a tierras extrañas. Con frecuencia no hay sustitutos para estos médicos – o los sustitutos son menos calificados o sobrecargados con sus pacientes y los ajenos brindan una atención forzosamente inferior. Entre los nacionales el Estado decretó marginaciones y atiza odios regionales: Las provincias funcionan como ¨ bantustanes ¨ a los que están atados por nacimiento los habitantes de Cuba. La inmigración interna -- especialmente a La Habana – está regulada con prohibiciones que limitan la libertad de movimiento y quienes huyen de la miseria de su provincia natal son perseguidos y deportados de La Habana por ¨ residentes ilegales ¨ con maltratos que no existen ni para el africano que deportan de Europa ni para el haitiano o mexicano deportado de los EE.UU. Si usted hospeda a un pariente de Sancti Spíritu o convive extramaritalmente con una guantanamera, la policía puede tocar a su puerta para arrestar, fichar , multar y deportar en tren a su provincia a ese ¨ residente ilegal ¨ – con advertencia de penas de prisión si regresa Eso -- y más -- hacen las mismas autoridades que llaman a La Habana ¨ la capital de todos los cubanos ¨ y que justifican sus décadas de intervención militar en África como noble cruzada para acabar con el apartheid – que importaron y adecuaron a Cuba. El informe del Dr. Ferrer demuestra que la política de marginación que el Estado cubano practica contra los cubanos tipifica legalmente como apartheid, pero la definición internacional de apartheid fue redactada pensando en raza o grupos minoritarios, no en la monstruosidad de que un Gobierno marginara en masa a sus propios súbditos. ¿Algún defensor de la ¨ revolución cubana ¨ dirá que en Cuba no hay apartheid porque el Estado margina a todas las razas y grupos sociales por igual, tan sólo por su condición de cubanos? Cierto, excepto en discriminaciones por causa política, religiosa, V.I.H., raza, homosexualidad, etc., la injusticia es igual para todos los cubanos, salvo para los de la cúpula y sus familiares cercanos. Los jerarcas y sus hijos de papá si disfrutan de los servicios reservados a extranjeros. Al gobierno – fecundo en ardides – no se le ha ocurrido la defensa de que margina por igual a todos. En discursos de los años 90, Castro explicó como causa de la discriminación el que los cubanos carecen de dólares y no es rentable permitirles acceso a los servicios turísticos. A la objeción natural de que el cubano con dólares podría acceder a esos servicios, el Comandante respondía que ¨ eso sería un privilegio ¨. Según Castro, las divisas recaudadas beneficiarían a toda la sociedad por concepto de atención médica y educación gratuitas y de subsidios a ciertos alimentos. ¡Cuán caro cuestan las mercedes ¨ gratuitas ¨ del paternal estado cubano¡ El mismo gobierno que destruyó el valor del peso cubano y arruinó la economía con medidas que supuestamente la iban a sacar del subdesarrollo, ahora -- sediento de divisas para perpetuarse en el poder -- margina a los nacionales a quienes desposeyó de toda capacidad económica para ser clientes Y si por excepción tuvieran esa capacidad económica, los margina ¡lo mismo¡ por voluntad política de aislar al cubano del extranjero y al extranjero del cubano. Para tergiversarles a ambos la realidad de Cuba y del Mundo. Las marginaciones y los abusos que permiten se generalizan en cadena, unos dentro de otra como las muñecas ¨ matriuskas ¨: Los inversionistas generan empleo, pero también en condiciones de discriminación. Pocos son los cubanos de raza negra o mestizos en estos hoteles. El sindicalismo y los derechos laborales – sobrado ficticios en Cuba, pero reconocidos por las leyes cubanas ( y por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre ) -- no existen en estos hoteles. El inversionista se garantiza unas condiciones de pago y empleo dignas del capitalismo del siglo XIX -- Incluida la atmósfera de acoso sexual a las empleadas desprotegidas legalmente, cuya admisión o permanencia en el empleo con frecuencia es condicionado a aceptar exigencias inmorales de gerentes y jefes. El fingimiento de fidelidad política es condición para trabajar allí. La discriminación por causa religiosa está presente. Un médico que aspiraba a trabajar en el sanatorio para extranjeros ¨ Las praderas ¨, después de aceptado, fue rechazado por militar en la masonería. La gerencia del Meliá Cohíba violó contrato y prohibió al embajador checo celebrar la fiesta nacional de este país en el salón del hotel arrendado para ese fin. Sol Meliá alegó que cancelaba su compromiso : ¨ Porque se trataba de un acto contrarrevolucionario con contrarrevolucionarios – opositores pacíficos – invitados ¨ . Pero en la discriminación por motivos políticos la explicación del rechazo es excepción. El aspirante a empleado ¨no confiable políticamente ¨ es rechazado sin que le expliquen la causa. La Habana se derrumba y el estado que monopoliza los materiales de construcción los empleó en construir nuevos hoteles que se yerguen sobre un paisaje de ruinas de vidas humanas y de edificios de valor cultural. De paso, las nuevas construcciones son unos adefesios impostados en un paisaje urbano caracterizado por joyas arquitectónicas que se arruinan. En el litoral habanero de Miramar – Monte Barreto – construyeron hoteles en fila, uno junto al otro y los mantienen casi vacíos todo el año. En las calles Neptuno y Prado , la firma española NH construyó un hotel sobre las ruinas de viviendas de valor histórico que el Estado dejó derrumbarse pese al reclamo de reparación de sus habitantes – hoy sin sus viviendas. La firma más voraz es Sol Meliá, uno de sus hoteles , el Cohíba puede ser fotografiado desde las ruinas de edificios vecinos, como el majestuoso Hotel Trocha, destruidos por abandono del mismo Estado que facilita recursos y obreros a los inversionistas. Los hoteles que el gobierno no construyó, sino que confiscó a antiguas firmas hoteleras, están arrendados por los nuevos inversionistas. El antiguo Habana Hilton, rebautizado patrióticamente Habana Libre , fue Habana Libre ¨ Guitar ¨ y cuando al español Guitar le salió mal su aventura , el hotel pasó a ser el Habana Libre Tryp, explotado por Sol Meliá – Pero ´ la Libertad ´ por delante . Las ganancias van a la cúpula parásita, intermediaria que cobra a las firmas por los empleados cubanos y paga a estos con migajas. No obstante su super explotación, los empleados se sienten privilegiados sobre sus compatriotas sirviendo a los ¨ sahibs ¨ extranjeros, solucionan la penuria familiar con regalías y sobras de alimentos y son políticamente fidelísimos – hasta que logran emigrar. El Dr. Ferrer explica: ¨No existen en Cuba precedentes de esta marginación de los nacionales. Hubo discriminación de la raza negra y de sectores sociales, pero jamás el cubano por ser cubano fue un paria en su propia patria ¨. Continúa la discriminación racial, y la discriminación regional es ¨ un logro auténtico de la revolución ¨. ¡Es absurdo y criminal¡ En el caso de Sudáfrica había leyes que implantaban el apartheid y el mundo entero lo condenó, pero en Cuba las leyes y la constitución vigente condenan estos actos que el Estado comete a diario mientras en el mundo nadie se da por enterado – salvo para beneficiarse invirtiendo en estas condiciones degradantes. Es una inmoralidad y, sobre todo una ilegalidad por violación del derecho nacional e internacional, los inversionistas no pueden excusarse con que cumplen las leyes del país, porque las leyes del país condenan la discriminación. Autoridades e inversionistas cometen un delito contra la humanidad: El delito de apartheid ¨ Parece que es cómodo vivir en un país democrático, protegido por derechos, tribunales y policías e invertir donde un régimen garantiza con represión una falta de derechos que permite a los inversionistas chuparle la sangre al pueblo y humillarlo. Luego sus políticos ¨ democráticos ¨ como el canciller español Moratinos aparecen para respaldar al régimen del apartheid en Cuba. La Habana, 28 de abril del 2007.
Jaime Leygonier.
Hotel Meliá Cohíba visto desde las ruinas majestuosas del Hotel Trocha.
Edificio de apartamentos visible desde la Avenida Galeano, ruinoso y sin reparar desde los años 70.
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