Retos, “premios y castigos” en la Cuba totalitaria. Mi vecina AMM Por José Daniel Ferrer García UNPACU 14 MAY, 2021
Mi vecina AMM -éstas son las letras iniciales de su nombre y apellidos-, es una joven “educada” y todos diríamos, sin pensarlo dos veces, que es una persona de “buen corazón”. Hasta hace unos meses pasaba por “neutral” políticamente hablando. Incluso, podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que mostraba cierta simpatía hacia nuestra lucha por la democratización de la Mayor de las Antillas. Pero últimamente ha estado involucrada, aunque sin entusiasmo, en acciones organizadas por la policía política del régimen castrocomunista contra la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU.
¿Qué ha llevado a AMM a colaborar con las fuerzas represivas de la tiranía? En un primer análisis pensamos que se debía a su actual pareja. Es muy común en nuestro surreal medio que muchas personas asuman posiciones políticas, religiosas y de otra índole, muy en sintonía con las de la persona de quien se enamoran o le puede solucionar sus muchos problemas personales. Rota la relación, vuelven a sus antiguas “creencias” o “asumen” las de la nueva pareja o “benefactor”. Individuos sin principios ni voluntad propios los hay en todas partes, pero abundan en naciones bajo sistemas totalitarios que arrebañan y domestican a las masas según los intereses de la clase gobernante.
Investigamos más a fondo y por fin supimos el principal motivo por el cual AMM no se resiste, como si han hecho otros vecinos, a participar en acciones contra la oposición pacífica que lucha por la libertad y el bienestar de nuestro pueblo. Ella tiene su familia en España y la última en salir, su hermana AMM -de iniciales idénticas-, pasó muy malos momentos cuanto estaba a punto de emigrar: la policía política la acosaba constantemente y le aseguraba que no le dejarían salir del país por su amistad con miembros de la UNPACU. Hasta le presionaron para que se convirtiera en agente de la tiranía en el exterior.
¿Siente AMM sincera afinidad por el sistema del cual desea escapar? Ella desea irse a España, como ya hizo parte de la familia, no porque sea partidaria del frustrado y en “retiro” Pablo Iglesias y desee ayudar al comunista ibérico a cubanizar la madre patria. Solo ansía dejar atrás la miseria, el atraso y la falta de oportunidades que imponen los regímenes de extrema izquierda pero, como muchos, padece el “síndrome de indefensión aprendida” y teme enfrentar a quienes sí saben administrar “premios y castigos” como pocos en este planeta y en las galaxias vecinas.
Hace más de dos mil quinientos años el gran estratega chino Sun Tzu expuso siete factores fundamentales para obtener la victoria en cualquier contienda. Teniendo la respuesta correcta sobre cada uno de esos siete puntos, afirmaba que él podía predecir cual bando saldría victorioso y cual sería derrotado. Si bien no cabe la menor duda de que a la oposición pacífica cubana nos sobran las razones y que la verdad está de nuestro lado, lo cierto es que, aunque poco a poco hemos ido mejorando, aún andamos muy mal en cuanto a los famosos y vitales siete elementos de Sun Tzu.
Los siete factores mencionados por el general chino en su inmortal obra “El arte de la guerra”, bien merecen un análisis profundo de cara a la realidad de nuestra necesaria lucha, pero por razones de espacio y para no apartarnos del tema principal de este artículo, solo mencionaré el séptimo de estos puntos: “ ¿Quién administra recompensas y castigos de forma más justa? “. Yo agregaría “e inteligente”. Sin dudas la perversa tiranía que oprime a nuestro pueblo sigue siendo muy hábil, implacable e inmoral, en la aplicación de “recompensas y castigos”.
La tiranía obliga al pueblo a sobrevivir en medio de profunda miseria y limitaciones de todo tipo
Si quieres un empleo y ciertas condiciones que te permitan alimentar, vestir y calzar a tu familia, tienes que ser incondicional al régimen o por lo menos, no oponértele en lo más mínimo. Los mejores salarios y los mayores beneficios están reservados para los dirigentes políticos, las fuerzas represivas y otras labores de vital importancia para el sostenimiento de la dictadura. Si trabajas en Salud Pública, Cultura o el INDER y quieres salir de “Misión” al extranjero, si quieres dirigir una empresa o administrar un almacén donde poder robar, si deseas tener una pizzería y que policías e inspectores no te hagan la vida imposible, debes “demostrar” tu fidelidad a la “Revolución” y al Partido Comunista.
En cambio, si deseas una Cuba libre, democrática, justa y próspera donde se respeten todos los derechos humanos y se combata la corrupción, y te atreves a luchar por ella, la tiranía te aplicará una serie de fórmulas represivas, según tus características y en correspondencia con tus fortalezas y debilidades. Tendrás que enfrentar acoso, persecución, actos de repudio, injerencia en tu vida privada, ataques contra tu familia, detenciones violentas, prisión, torturas físicas y psicológicas, asfixia económica, ostracismo, calumnias, etc. Las fuerzas represivas utilizarán todos los métodos posibles, por muy criminales e infames que resulten, para que entiendas que ellos te pueden convertir la vida en un verdadero infierno si no te sometes o abandonas el país.
Antídotos, escudos y fórmulas de defensa
Ante una realidad tan dantesca y aplastante, en la oposición prodemocrática, sin dudas debemos crear antídotos, escudos, fórmulas de defensa, verdaderamente efectivas y duraderas. Las estructuras de control, represión y propaganda del régimen funcionan muy cohesionadas y coordinadas, nuestra respuesta, ¡no! En la oposición pacífica practicamos, de manera creciente, la siempre vital solidaridad con las víctimas de la represión, pero no tenemos una estructura bien ordenada y capaz de enfrentar eficazmente los ataques de la tiranía y los retos que la misma dinámica de la lucha no-violenta nos impone. Veamos algunos ejemplos:
Si el activista (X) es expulsado del Grupo (A), porque por miedo a la prisión y a las torturas, y terminó colaborando con la policía política y dañando el trabajo de su formación, debido a las deficientes comunicaciones entre organizaciones, o al desinterés e ignorancia de la mayoría sobre estos asuntos, se une al Grupo (B), y además del daño que hará a (B), desde (B) atacará a (A). Y las organizaciones (A) y (B) terminarán enfrentadas, o al menos distanciadas, por la labor de la “contrainteligencia” de la dictadura sin que se haga algo efectivo para evitar tales males. Puede darse el caso en que (X) ni siquiera resulte descubierto por (A), debido a la incapacidad para descubrir a quienes trabajan para la policía política, y desde (A) evite que (A) y (B) trabajen juntos e inteligentemente por la libertad.
El activista (L) es víctima de constantes acciones represivas, es honesto y valiente y tiene un firme compromiso con la causa por la libertad de Cuba, su ejemplo anima a otras personas en su ambiente, pero padece miedo escénico y evita las cámaras e intervenciones públicas, por ello es poco conocido. El activista (M) es astuto, extrovertido y valiente, poco ético, por Cuba no arriesgaría mucho, pero por sus proyectos personales y familiares, es capaz de acciones muy osadas, las que encubrirá como supuestos actos patrióticos con el fin de hacerse de un historial de perseguido político para alcanzar su sueño de llegar a EEUU. (L) recibe poca solidaridad y nunca el merecido elogio, pero (M) será todo un personaje célebre, muy aplaudido y apoyado por muchos. En la oposición poco se hace para que exista el debido equilibrio y justicia en casos como el de (L) y (M), pero la “Contrainteligencia” de la tiranía, conoce y explota diferentes características de la naturaleza humana. A (L) le dirán: “¿de qué te sirve ser valiente, honesto y sacrificado?, terminarás en prisión y tu familia pasando hambre y todo tipo de necesidades, nadie te lo agradecerá, lo inteligente es evitarte problemas, vivir del cuento o irte del país como hicieron (H), (I), (J) y (K)…” A (M) le dirán: “sabemos que eres un hombre valiente, pero no te olvides de que te podemos encarcelar por mucho tiempo e impedir tu salida del país. Puedes seguir transmitiendo y publicando en las redes sociales, pero no debes pasarte de ciertos límites, ni formar parte de proyectos o acciones promovidas por los principales grupos de la oposición…”
Con el tiempo, (M) se irá del país y no dejará nada sólido a favor de la causa de la libertad tras de sí, porque él siempre actuó movido por sus intereses personales, y si algo deja, serán individuos con similares propósitos. Su negativo ejemplo producirá en quienes le conocieron, falta de confianza en la oposición en general. En cambio (L), disminuirá su entusiasmo por la lucha al verse tan poco valorado, aunque no la abandone por moral, se concentrará en la supervivencia de la familia y seguirá siendo un hombre honrado incapaz de usar una noble causa con fines personales y egoístas.
El activista (O) es “buen opositor” y por tanto resulta perseguido y vigilado todo el tiempo, el régimen lo asfixia económicamente y sobrevive con trabajos ocasionales que realiza clandestinamente y con alguna ayuda que le da la organización a la que pertenece. Se le enferma un hijo, la policía política se entera de inmediato y se pone de acuerdo con el inescrupuloso médico que atiende el caso para que le exagere la condición de salud del niño y le termine diciendo que en la provincia no se puede hacer nada por él. El galeno de marras le dice que tiene un amigo en un hospital en La Habana que le puede ayudar, y el activista angustiado acepta. Ya en el Hospital de la Capital aparece un oficial de la policía política muy “afectuoso” y le hace saber que su hijo será salvado gracias a ellos que se preocuparon por el caso, cosa que no hubiese hecho nunca la oposición…El activista, entre el asombro, el desespero y la ignorancia, termina contrayendo una “deuda de gratitud” con el sádico enemigo.
Otros muchos ejemplos puedo citar que demuestran la necesidad urgente que tenemos de organizarnos mejor, crear estructuras paralelas, depurar al máximo nuestras filas, capacitar y entrenar a nuestros líderes y activistas y administrar “recompensas y castigos de forma más justa e inteligente”, para hacer de nuestra justa y necesaria causa un indetenible y efectivo proceso de liberación. Cuba lo necesita, Cuba lo exige hoy.
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