“Nadie debería ser nombrado para una posición directiva si su visión se enfoca sobre las debilidades, en vez sobre las fortalezas de las personas” Peter Drucker
Peter Drucker expresó “...la gerencia, necesita prácticas concretas, tangibles, claras. Estas prácticas deben insistir en la necesidad de construir sobre la fuerza antes que sobre las debilidades. Deben dar motivo para sobresalir. Y deben expresar y hacer tangible que el espíritu pertenece a la esfera moral y que su cimiento es por lo tanto la Integridad”.
Seguidamente especificó:
“Hay cinco aspectos en los cuales se requieren prácticas que aseguren el correcto espíritu en toda la organización gerencial.
- 1. Debe haber elevados requisitos de desempeño, no debe condonarse el desempeño pobre o mediocre y las recompensas se deben basar en el desempeño.
- 2. Todo cargo gerencial debe ser una tarea retributiva en sí y no sólo un peldaño en la escala ascendente.
- 3. Debe haber un sistema racional y justo de ascensos.
- 4. La gerencia necesita un código que exprese claramente quién tiene poder para tomar decisiones de vida o muerte que afecten a un gerente, y debe haber alguna forma por la cual el gerente pueda apelar a un tribunal superior.
- 5. En sus nombramientos la gerencia debe demostrar que comprende que la integridad es el requisito absoluto para un gerente, la cualidad que tiene que traer consigo y que no se puede esperar que adquiera después”.
A continuación analizaré sucintamente el cumplimiento de cada uno de los aspectos señalados anteriormente en la gestión empresarial socialista.
1. Debe haber elevados requisitos de desempeño, no debe condonarse el desempeño pobre o mediocre y las recompensas se deben basar en el desempeño
La incorporación masiva de los desempleados, a las organizaciones y empresas, desde los inicios de la Revolución, provocó inflación en las plantillas induciendo bajos requisitos de desempeño en los puestos de trabajo existentes y los de nueva creación (dirigentes y obreros). Esto propició el nocivo hábito de la vagancia en el puesto de trabajo, que algunos la bautizamos como el “ausentismo presente”. Esta situación la justificaron los castro-comunistas con el cumplimiento de la promesa populista y clientelista de suprimir el desempleo, causando que los salarios fueran ínfimos y eliminando, además, todo tipo de bonificaciones y privilegios que otorgaban los “malévolos y explotadores” propietarios capitalistas. A los gerentes foráneos de las empresas mixtas, desde los inicios de sus operaciones, en los años noventa, se les prohibió dar estímulos a directivos y trabajadores por el buen desempeño. Por esta razón se inventaron las “jabas” y pagos por la izquierda.
El pobre desempeño de los proletarios es inherente a la economía socialista pues en las visitas que realicé a la desaparecida URSS, era palpable a simple vista. En las fábricas que visité observé obreros deambulando y conversando sin hacer nada e incluso sorprendí a grupos de proletarios ingiriendo bebidas alcohólicas en su puesto de trabajo y en otros casos al conversar con ellos emitían un desagradable aliento etílico. No merece más comentarios.
2. Todo cargo gerencial debe ser una tarea retributiva en sí y no sólo un peldaño en la escala ascendente.
Los dirigentes nunca han sido retributivos adecuadamente pues los salarios generalmente son ínfimos para la responsabilidad que tienen. Todas las reformas salariales han sido neutralizadas por la elevación inmediata de precios de los productos y servicios de las empresas socialistas y el mercado negro. Tampoco existe ni ha existido bonificación monetaria por el desempeño exitoso en su gestión para los dirigentes. Esta situación es compensada con la corrupción, ningún dirigente aprecia que apropiarse o utilizar inapropiadamente los recursos de la empresa lo es, por ejemplo, uso indebido de transportes, computadoras, alimentos, dietas, productos de la empresa, etc. Además del intercambio de “favores y productos” entre directores. Similar situación ocurre con los trabajadores. Tal es el caso que cuando una persona le informa a un amigo sobre la existencia de un puesto de trabajo vacante, su primera interrogante no es cuáles son las funciones o tareas a desempeñar y el salario, sino ¿Cuál es la “lucha”? Esta pregunta es sinónimo de “apropiación indebida de bienes, productos y otros beneficios”. Este proceder está justificado por la deuda social contraída por el Estado al pagar salarios miserables y establecer precios monopólicos desorbitados a los productos y servicios que oferta.
3. Debe haber un sistema racional y justo de ascensos.
En ningún sistema totalitario comunista puede existir un sistema racional y justo de ascensos. En la esfera política o económica, los cargos se ocupan por directrices de la dirección del Partido y Gobierno. Creo innecesario demostrar lo anterior, pero puedo afirmar que se ha extendido un “sistema de influencias” además del nepotismo, que ha permeado todas las esferas de la sociedad. También es justo mencionar que, además, la corrupción ha inducido que, puestos de trabajo como choferes de taxis, administradores de negocios en el turismo, la gastronomía y otros, tengan un precio bastante alto que debe pagar el pretendiente.
4. La gerencia necesita un código que exprese claramente quién tiene poder para tomar decisiones de vida o muerte que afecten a un gerente, y debe haber alguna forma por la cual el gerente pueda apelar a un tribunal superior.
En este aspecto puedo afirmar que no existe un código que exprese claramente quién tiene poder para tomar decisiones de vida o muerte que afecten a un gerente. Existe un código con carácter omnímodo denominado “Política de Cuadros del Partido”, cuyos fundamentos y directrices son poco conocidos por los cuadros. Cuando deciden quitar o poner cualquier director o directivo, la decisión la toma el Partido basado en el referido documento y es inapelable. Cuando esto ocurre, si el afectado acepta el castigo sin apelaciones puede recibir con el tiempo el perdón, pero aquellos que osan recurrir a los niveles superiores de dirección, de cualquier índole, para reclamar o mostrar su disgusto lo único que consiguen es ser defenestrado de por vida.
5. En sus nombramientos la gerencia debe demostrar que comprende que la integridad es el requisito absoluto para un gerente, la cualidad que tiene que traer consigo y que no, se puede esperar que adquiera después.
Por lo señalado en los puntos anteriores para un director, la integridad, tiene un significado particular alejado del universalmente reconocido (recto e intachable). En la sociedad cubana se les añaden a las virtudes el adjetivo “revolucionario”, así las máximas autoridades convocan a la “integridad revolucionaria”, interpretada como el cumplimiento estricto de los “principios revolucionarios”, que no son claramente explicitados pero que su interpretación práctica es la obediencia absoluta a los dictados del Partido o Gobierno. El que ignore esta realidad no sobrevive para contarlo. Sobre este aspecto quiero narrar un acontecimiento:
- Trabajé con un director que acostumbraba a cambiar de amantes frecuentemente, asistiendo con la de turno, a las fiestas o a las casas de sus allegados colaboradores. Cuando le pedí que a mi hogar solamente asistiera con su esposa, la cual mantenía relaciones con mi familia, comenzaron las contradicciones que terminaron en ruptura.
La situación anterior era de dominio público y del Núcleo del Partido, pero por el machismo de los comunistas esta actuación no afectaba su “integridad revolucionaria”. Nunca fue sancionado por este comportamiento y continuó desempeñándose como director en otras entidades. Cuando estas amantes pertenecen a la misma organización del jefe reciben todo tipo de privilegios, aun cuando no se los merezcan. En estos casos los miembros del colectivo se refieren a ellas como “la primera dama”. No estoy mencionado un caso aislado. Cualquier trabajador puede hacer muchas anécdotas al respecto.
Si en el sistema empresarial no se cumplen los cinco aspectos señalados por Drucker para que exista un adecuado espíritu entre los directivos, es difícil que lo puedan trasmitir a los proletarios que dirigen. El socialismo no descubrió nuevas prácticas al respecto. No he encontrado bibliografía de dirección que se refiera al espíritu de las empresas socialistas, ambiente de trabajo, clima organizacional u otras materias relacionadas. Soy del criterio que estas lagunas en la teoría del socialismo científico han sido otra causa importante de la existencia del espíritu inadecuado en las empresas, organizaciones e instituciones del castro-comunismo. Veamos una importante advertencia de Peter Drucker:
“El peligro de la mediocridad tranquila.
Pocas cosas condenan a una compañía y a su espíritu tan completamente como que sus gerentes digan: “Uno no puede enriquecerse aquí, pero tampoco lo despedirán”. Esto da énfasis a la mediocridad tranquila. Fomenta a los burócratas y castiga a lo que todo negocio necesita más: los emprendedores. Ni siquiera anima a la gente, como se cree comúnmente, a arriesgarse a cometer un error; la disuade de intentar cosa alguna. No contribuye a mejorar el espíritu; sólo el correcto desempeño puede hacerlo. Ni siquiera crea una sensación de seguridad. La seguridad que necesita un grupo gerencial es la que se basa en la conciencia de un elevado desempeño y su reconocimiento”.
No he encontrado en el idioma español la expresión adecuada para definir el espíritu de las empresas y organizaciones socialistas, pero si tuviera que seleccionar una denominación ninguna mejor que “la mediocridad tranquila”. En la mayoría de las empresas, organizaciones o entidades, independientemente de su función, ha sido entronizada la burocracia hasta niveles nunca antes visto. La permanencia de un director en su cargo depende más del acatamiento ciego de las directivas del Partido y Gobierno del área geográfica donde está ubicada su empresa u organización, que por la realización económica de su negocio. La burocracia conjuntamente con la “burro-cracia”, han dañado irreparablemente el espíritu del sistema empresarial socialista, quedando solamente asumir la “mediocridad tranquila” para sobrevivir prudentemente. En el clima laboral creado en las empresas y demás organizaciones nadie se atreve a nada pues los errores o contradicciones provocan la salida del puesto de trabajo y en dependencia de la gravedad del fallo o el poder del jefe contendiente puede ser de consecuencias fatídicas. La repercusión de un error o contradicción con “the establishment” puede ser grave y mucho peor para el que se enfrente. No existe “siquiera una sensación de seguridad”. La seguridad que necesita un grupo gerencial es la que se basa en la conciencia de un “elevado desempeño y su reconocimiento”.
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