 Foto: Corps de Garde Beach, Martinica
Querida Ofelia,
Félix José Hernández. París,- 18 de marzo de 2023.- Con esta carta, terminaré de contarte sobre el bello crucero de 16 días por Las Antillas Menores. Te confieso que prefiero a Quisqueya la Bella (República Dominicana) y a Borinquen Querido (Puerto Rico) a estas islas, ya que al ser hispánicas me hacen recordar mucho a mi añorada Patria, por: su naturaleza, arquitectura, lengua, carácter de sus habitantes y un largo etcétera.
Anclamos el 2 de marzo de 2023 en el puerto de Martinica. Partimos a las 8 y 30 a.m. en un cómodo autobús hacia “Corps de Garde Beach”, bella playa muy parecida a nuestra Santa María del Mar. No había tumbonas ni sombrillas para alquilar, así que hicimos a la cubana, pusimos las toallas sobre la arena bajo un gran árbol.
Nos acompañó la bellísima y amable siciliana Daniela, de My Tours, la cual se parece tanto a la actriz Ángela Molina.
Una señora francesa que estaba muy cerca de nosotros comenzó a hablarnos mal de los martiniqueses, calificándolos de racistas contra los franceses blancos que llegaban de Europa. Le pregunté por qué no regresaba a Francia y me afirmó que ella vivía en una zona entre blancos y no se mezclaba con los aborígenes de la isla. ¡Qué horror! Le dije: “Estimada señora, creo que es inútil continuar a conversar con Vd., venimos a disfrutar de la playa de esta bella isla y no a escuchar un discurso de xenofobia como el suyo.” La señora no respondió, se levantó indignada y se alejó de nosotros.
Regresamos a bordo bien entrada la tarde. Antes de ir a cenar al Ristorante Il Gattopardo, fuimos al teatro a disfrutar del espectáculo: “Victoria Sunsiray dans Let’s get loud”.
Terminamos esta última noche a bordo en el Bar Amarcord con el “Creole Caribbean Party”.
Todo el barco estaba decorado con fotogramas del celebérrimo filme del gran Fellini “La Dolce Vita”.
Esa noche dejamos en el corredor de nuestro camarote las maletas con las etiquetas que nos habían dado.
Al amanecer del 3 de marzo anclamos en la isla de Guadalupe. Desayunamos y almorzamos a bordo. Tuvimos tiempo para despedirnos de los turistas con los que habíamos simpatizado, especialmente los italianos Carlo y Nadia; los empleados que habían sido tan amables con nosotros, como: Michela, Andrea, Marta, Daniela María Cristina, de My Tours; Kevin y Karla de Il Gattopardo; Josué del bar del Atrium; etc.
A las 4 y 30 p.m. partimos hacia el moderno aeropuerto para tomar el vuelo de Air Caraïbes. Volamos en asientos cómodos, con espacio para mis largas piernas, azafatas muy amables (un sobrecargo insípido que parecía mudo) y la comida de calidad.
En la mañana del 4 de marzo llegamos a París, al Aeropuerto de Orly y poco después estábamos en casa.
Ya tenemos reservados tres cruceros con la compañía Costa. Mientras Dios nos dé salud y “cuatro perras en los bolsillos” como dicen en nuestra querida Madre Patria, seguiremos recorriendo este bello Mundo. Aunque considero que el Destierro, aun en el mejor de los casos, es una pena muy difícil de soportar.
Un gran abrazo desde estas lejanas tierras allende los mares,

marcelo.valdes@wanadoo.fr |