Lcdo. Abogado José Vilasuso Rivero.- El señor Gustavo Petro presidente de Colombia se nos ofrece en estratégica plataforma típica de las épocas cambiantes en que voces y voceros honrran sobresalientes estandartes alternos. Resumiendo sugerencias, y en conexión con Cuba, don Gustavo propone la readmisión de gobierno tal en la OEA. Magnífica idea que, por supuesto suscribimos. ¡Simple y llanamente! Albricias sin impedimenta de un vistazo retroactivo dónde toparemos en ocasiones prolijas con mandatarios, diplomáticos, o representaciones miembros de la Organización, abogando con idéntico objetivo infructuosamente. Breve ojeada histórica, memorial periodístico, archivos al registro, desempapelado de documentación vetusta, a lo largo de más de sesenta y dos años para confirmar hasta el hastío y saciedad las respuestas decepcionantes del ejecutivo habanero.
En uso de idéntica logística recopilo las connotaciones del fallido, pese a loable empeño. La Habana ha rechazado todo amago al respecto, coincidiendo con la razón por la que fuera expulsada en 1962 de la organización. Se trataba entonces de poner en claro la efectividad y validez de los derechos humanos en Latinoamérica y El Caribe. No escasos oficialismos miembros habían o padecían aún los escozores de la represión, ¡el temario en caliente! por una u otra banda se exhibieron dossiers de torturas, encarcelamientos, crímenes, desaparecidos, ejecuciones sumarias, plurales excesos y demasías frente a las que bien, o lo opuesto, La Organización se pronunciaba en rol de baluarte democrático, resuelto y moderno. Viene a colación cómo en 1962 la agenda desenmascaradora de barbarie tal, fue votada por unanimidad con una sola excepción, el gobierno cubano. En aquella instancia América Latina ostentó de cara al mundo, una prueba de sensatez y presencia política que, desafortunadamente no podríamos sustentar hoy en común denominador con posturas al corte y recortes de don Gustavo Petro. ¡Pero hay más en cartera! El régimen habanero no violó los derechos ciudadanos de una manera soterrada u oculta, como acontece archiconocidamente bajo las dictaduras del mundo occidental; concretizados, en la propia isla tropical, tiempos de la satrapía batistiana 1952 - 58. Por entonces, hago historia; funcionaban los tribunales conforme a la legislatura constitucional. Veríficamente magistrados y jueces actuaron al reborde de avatares, algunos genuflexos a los caprichos del dictador, otros iban tirando, terceros intentaban escapar desapercibidos y por fin sobresalieron quienes resistían heroicamente en puesto de honor, haciendo prevalecer la ley y robustecer el derecho hasta verse en peligro y exiliarse; uno de los mejor recordados responde al nominativo de Alabau Trelles, juez de Primera Instancia. Casos inolvidables los actualizan, reviviendo revolucionarios democráticos cuyos familiares, amistades o letrados en activo quienes, luego de no pocos pugilatos, palas oficialistas, el soborno, o sus embutidos, pudieron sustraer de las cárceles a hijos, sobrinos, amigos, cómplices o al querido; montarlos en el avión y a viaje. Era la dictadura, lo reconocemos; pero dictadura cubana, caribeña; por lo tanto, nada nuevo a la medida de la humanidad e historia con sus luces y sombras.
¡Marxismo leninismo son otros cien pesos!
A la reversa. Cuando hablamos de derechos humanos en la Cuba marxista leninista; a partir de 1959 no conozco ningún caso relevante, significativo, en que el régimen o funcionario ejecutivo alguno se haya tomado libertades para esquivar un ápice, de la más esporádica orden represiva. No conmemoro ni incluyo atrevidos episodios clandestinos testimoniados por mi humilde persona en La Cabaña bajo la férula del Che Guevara; otros tantos en Isla de Pinos, El Morro, cualquier tugurio, barrios, caseríos en fin, cuyo desenlace feliz se logró al trasiego y complicidad de oficiales disidentes o no poniendo a riesgo sus vidas. Nótese, enfatizo la diferencia pues, el régimen comunista pese a que languidece preñado de inconformes, vacilantes, timoratos, aprovechados, decepcionados, indefinidos, quienes si la rajadura o la grieta asoman corren riesgo atreviéndose a sabotajes, coimas, sustracciones, resistencia silenciosa, lo que sea conveniente o a la mano. Esta fauna nada tiene en común con funcionarios dogmáticos de la dictadura totalitaria en el pleno ejercicio de sus atribuciones macabras. A consecuencia éstos resultan impolutos, impertérritos, impermeables; su cruel inflexibilidad traspasa el microscopio. Aquellos anteriores, seres humanos navegando por los portales o zócalos en que cayera su paracaídas; por tanto tan frecuentes en tiempos del comandante Fidel como del general Fulgencio.
Cubanos como venezolanos poseemos el privilegio continental de haber malsaboreado tan amargas flatulencias. ¿Dónde peor gusto? ¿Quién nos superará? ¿A quién pasarle la cuenta?
Ahora con pie de amigo. En 1962 la OEA, conocía sobradamente las diferencias entre unas u otras dictaduras. La Habana no fue exculpada por socialista, caballero presidente de Colombia, fue expulsada por violadora oficial, flagrante, de los más elementales derechos humanos reconocidos tanto en La Carta de NACIONES UNIDAS como de la OEA. Acápite votado por unanimidad, excepto la delegación correspondiente ya citada.
Como tampoco fue el mencionado violador causal de expulsión.
Las delegaciones estimaron que era suficiente denunciar a La Habana ante el mundo aunque a la hora de tomar las decisiones ejecutivas, en buena proporción se abstuvieron, dando cumplimiento de posterior votación, en la que la mayoría requerida decidió la expulsión. Y que conste, en aquellos tiempos la OEA fluía integrada casi exclusivamente por gobiernos hispanoparlantes, USA fue excepción por razones históricas sujetas al nacimiento de la organización regional. Canada se integró años más tarde.
Al corriente, ya que hablamos de socialismo y socialistas. Subrayo el adjetivo doctrinal lejos de la insinuada acusación del señor Petro, cito – socialismo – termino la cita, como si éste fuese el promotor de la sanción. Nada de eso, señor presidente. Por aquellos tiempos para la membresía en activo la palabra socialismo, no quitaba el sueño de una noche de verano ni de invierno. Se operaba más al corriente de lo que sus asesores y consultantes actuales presumo se sirven proveerle. Aquellos gobiernos, conste, tampoco estaban integrados por ángeles con caras inocentes; no hablaban español con acento americano, ni fueron seleccionados por la embajada de USA. Simplemente eran políticos y los políticos, como dijo Guillermo Ferrero, o se le atribuye, autor de una excelente y recomendable lectura, El Poder, cito “los políticos son cualquier cosa, excepto santos.” Termino la cita. Si, señor presidente, Colombia figuraba entre los gobiernos votantes por la expulsión del régimen comunista; no de su pueblo, acentúo las distinciones.
Viene al caso. Cuando visité la OEA con sede en Costa Rica como simple cubiche, me sentí igual que en casa; claro, hablo de tiempos sin censura, previos al establecimiento tanto del batistato como del marxismo leninismo. Inolvidables aquellos años de la OEA orginada y orientada luego por su primer secretario general don Alberto Lleras Camargo, figura sólida de la democracia contemporánea, también presidente de Colombia entre 1958 y 62. Hoy puedo reafirmar con lujo de detalles que, dicha decisión ejecutiva, lejos de constituir baldón amuebló una realización valiente, legal y gallarda de funcionarios atentos a la ciudadanía y sus derechos; en vez de dictadura armada de garra totalitaria y tapabocas por antonomasia de todo atributo ciudadano. Insisto en su cita reiterada del socialismo. El término ya no impresiona, ni adjunto a tartamudeantes. Aquí nadie siente pavor por el léxico, discurso o la gramática. El socialismo responde a un sistema sociopoIítico cuyos orígenes se remontan a tiempos ha, cuya fecha no me resulta fácil determinar. A consecuencias tal vez en etapas remotas algún trasnochado pondría el grito en el cielorraso de sólo escuchar la palabreja cual sinónimo de fenómeno espeluznante; revolución que cerraría todas las iglesias e impondría el ateísmo en las escuelas. Sin embargo hasta hoy no se ha comprobado exactamente así. Existen infinidad y modelos de socialismos. En tiempos del camarada Josif Visarionovitch Dughasvili, Stalin, se cerraron incontables templos en la URSS, se trataba del socialismo marxista leninista, afiliado a la Primera Internacional orientada por Carlos Marx y Federico Engels. Pero inmediatamente habíamos conocido la Segunda Internacional, hoy Internacional Socialista, democrática, entre cuyos gobiernos al recuento sobresale la Francia del señor Edouard Daladier, Francois Miterrand; Gran Bretaña de Harold Wilson, Tony Blair, Gordon Brown, y actualmente don Pedro Sánchez cabeza del ejecutivo español, digna y cumplidamente asentado en el Palacio de La Moncloa; socialista por recalco, acentuado como continuador de don Felipe González por no ilimitar lo inilimitable de correligionarios, hombres públicos, estadistas lúcidos, espoleados y originales quienes con múltiples, sobreabundantes, luminosas virtudes cívicas fortalecerían hoy al ejecutivo de Colombia suministrándole consejo veterano, fundamental información, impecable pragmatismo y sentido de los tiempos.
Debo concentrarme en determinada afirmación amputada de veracidad, según la cual tanto las democracias europeas como USA resuellan tachadas de no ricas no vivas; en su contexto, don Gustavo afirma; cito, “ampliarla hacia una democracia más rica, más viva.” termino la cita. En otras palabras, el discurseante se instala como protagonista, Catón extracontinental de las naciones más avanzadas del planeta: Suiza, nórdicos, Holanda, Japón, Luxenburgo, en materia de gobernabilidad, cultura, logros sociales, economía, salud, estabilidad, tecnología y por descontado derechos humanos y/o libertades. ¡Esclarecedora, despampanante exposición! Propicia para tomarle nota al calce. A su tenor ¿cuáles entonces los gobiernos a sustituirse en su agenda; aquellos más ricos, más vivos? Tiro mi carta sellada a que del catálogo sobresalen La República Popular China, Rusia, Corea del Norte, la clerigalla iraní, Cuba, Nicaragua, Venezuela y/o cualquier banda guerrillera, terroristas musulmanes, narcotraficantes dispersos por las selvas de los cinco continentes, la pandilla de Koko Haram activa en Nigeria, ¿cuál otro?
Hoy más en cartera. Coincidencias no casuales. Los cintillos de la fecha destacan afirmaciones de un verdadero soplatubos, el señor Lu Shave embajador de China en Paris quien, acaba de lanzar a vuelo de papalote la ilegitimidad de las repúblicas exsoviéticas expresamente las Bálticas, Ucrania, y larga lista de sus afines y coincidentes. ¿A qué extremos de incertidumbre e inestabilidad internacional nos conducirían tamaños disparates? Entonces España y con razones, podría reclamar Gibraltar a Gran Bretaña; de continuar escarbando, tal vez hasta Francia por Louisiana a Estados Unidos, descontando que Las Malvinas deben regresar a la soberanía Argentina. Pero ¿a qué precio? ¿consecuencias? Cómo se comprueba concurrimos a una desvencijada mezcolanza de perturbaciones, perturbadores y desaciertos con un único propósito, desarticular el orden internacional establecido con miras a una verdadera anarquía general cuyos corifeos disparan a ciegas cartuchos mal encebados. Sin apartarnos del camino de servidumbre que, los totalitarismos a la cañona, pretenden imponernos navegando inmersos entre oleajes enclavados en retroceso hasta lamerse el rabo.
Reincido pues en las declaraciones del señor Petro, quien reconoció deber sus vigentes derechos políticos, merced a determinada resolución de la CIDH restitutiva de anteriores proscripciones. Ergo sirviéndose de resoluciones tales, el mandatario colombiano atestigua la funcionalidad, dinámica y justeza del sistema democrático por el mismo tachado de inmovilista, obsoleto, atrasado, etc…… ¿En qué quedamos?
Sería prolijo adentrarnos a las interioridades y causa directa de que personajes tamaños se confirmen adquiriendo posiciones cumbres de poder en nuestros días. A redundancia corroboradora, la historia nos recuerda absurdos, injusticias e insensateces sin soplo de merma ni alivio. El Emperador Calígula nombró Cónsul a su caballo, el tribunal inquisidor condenó a la hoguera a Santa Juana de Arco, hoy usuaria de escaño en los altares. La justicia de Francia envió a la isla del Diablo al capitán Alfred Dreyfus inocente de sustraer secretos reservados al Estado Mayor. Un charlatán analgado desde ignoro dónde, llamó capitán araña a José Martí, Apóstol de la independencia de Cuba y Puerto Rico. Durante años se puso por alto a Michael Collins verdadera figura, prócer lidereante en las luchas revolucionarias irlandesas cediendo espacio al reconocimiento de su independencia en 1937. El Che Guevara en respuesta a suplicantes probando la inocencia de un joven condenado al paredón, respondió, cito. “No discuto si fue este u otro el culpable; la cuestión es que ambos vestían el mismo uniforme.” Termino la cita. El catálogo de despropósitos, imperdonables, e inincluibles desborda las fronteras custodiadas con alambradas de púas.
Por puro instinto me confieso alérgico a reiteraciones y reincidencias; opuestamente dadas legitimas cortedades inherentes a nuestra humilde reflexión, me permito enfatizar.
Todo lo sustancial, auténtico que los totalitarismos logren es posible, viable para la democracia; en cambio nada auténtico, sustancial logrado por la democracia es viable, posible para los totalitarismos.
En consecuencia, invalido por incierto e infundado que, la expulsión del gobierno cubano de la OEA en 1962, obedeciera a su ya expuesta ideología socialista; mucho menos a tal clasificación de “liberales” entre comillas, a que don Gustavo se amuebla en sufragio descalificador. Las comillas sugieren, mejor dicho denuncian hipocresías, trapisondas o trompicones. ¡Estamos hablando de acusaciones a machamartillo! Empleando otros términos, para el señor ejecutivo de marras, la OEA no es acreedora de validación, respeto formal adjunto a una organización internacional con laaaargo historial en que dariamos asiento pa’ echar un pulso dialéctico a no menos laaaargo plazo. La denuncia involucra al resto de gobiernos hermanos sea cual fuere su ejecutoria; por entonces brillantes Costa Rica, Venezuela, Colombia; bochornosas Nicaragua, República Dominicana. El sayo a quien le venga. Tomemos nota pues, listos para conclusiones.
Rechazamos, enérgicamente, la tabla rasa esgrimida versus a OEA acompañada por una veintena de entidades con aciertos y viceversa, alzadas y descensos; aunque fiscalizadas sin apelación por el señor Gustavo Petro a nombre de la República de Colombia en su calidad de Primer Ejecutivo. A su envés históricamente hablando, la mencionada transparece cual su fundadora, -Bogotá 1948- pero de súbito traspuesta en locutora de aseveraciones burdamente retardatarias, ambiguas, mal calzadas y quiebrahonra de figuras y personalidades dignas no menos de no menos alta deferencia, asaz ausentes de defensa.
Confieso mi pasmo del instante aguardando que, tan equivocadamente engendrados desatinos, ignorancia y desconsuelo se vean con debida justicia y justeza evaluados por colombianos fieles a los prestigios de José Eustacio Rivera, Eduardo León Valencia, Manuel Mejía Vallejo, Eduardo Caballero Calderón e interminable listado recopilador de responsabilidades correctamente comprobadas, celosas de su honra, veracidad y valores patrios.
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