Es el momento, ahora o nunca. Núñez Feijóo es la oportunidad que tenemos para desprendernos del comunismo que se ha apoderado de millones de españoles.
Pedro Sánchez, líder del PSOE, junto a Núñez Feijóo, líder del PP, se enfrentarán este domingo por la presidencia de España.
Doctor Alberto Roteta Dorado.- Santa Cruz de Tenerife. España.- Falta solo un par de días para que tengan lugar las elecciones en España. Una nación dividida – como la mayoría de los países del mundo donde existe democracia y libertad de expresión y de pensamiento– acudirá a las urnas este domingo, o lo ha enviado a través de correo. La bipolaridad tradicional de esta nación ha estado protagonizada por las dos fuerzas políticas que a través de los años han permanecido en el poder, cual alternancia guiada por leyes cíclicas que al parecer son tan aplicables a los asuntos espirituales como a los mundanos.
El Partido Popular, PP, representa a la derecha y el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, a la izquierda. No entraremos en detalles acerca de orientaciones como centroderecha, centro izquierda, izquierda democrática, ultraderecha, izquierda extremista, etc., toda vez que no nos conducirá a nada preciso. De modo que nos quedamos con la idea básica de la bipolaridad de siempre, o se es de derecha, o se es de izquierda. El apellido lo dejamos para los especialistas - que la mayoría de las veces no lo son-.
Estos últimos años han sido bien duros para España. No solamente el álgido asunto de la pandemia nos golpeó demasiado, tanto que cada día morían cientos de personas, y a veces miles, en tanto que otros – también por cientos y miles– eran hospitalizados o permanecían en sus hogares aislados pasando la enfermedad. Esto, sin duda, sacudió sobremanera no solo a la economía nacional, sino que repercutió en el ámbito de la política y la sociedad.
Los de un polo señalaron a sus contrarios atacándoles de mal manejo a la hora de asumir responsabilidades y tomar partido en los duros asuntos relacionados con la pandemia del coronavirus. La presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de derecha, fue blanco de las peores ofensas y acusaciones malintencionadas de los representantes de la izquierda radical. Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno español, de la izquierda, también fue injustamente atacado por los líderes de la derecha. De modo que los enfrentamientos políticos entre ambos bandos daban vergüenza. Al final, la gente enfermó y murió porque tenía que ser así – como sucedió en todas partes del mundo– y esto no va ligado necesariamente a la política. De modo que este complejo asunto fue utilizado como otro de los tantos pretextos para enfrentarse unos a otros, algo muy común entre los líderes políticos y organizaciones políticas de este país.
Así las cosas, y con la brutal influencia de la guerra Rusia/Ucrania, lo que ha repercutido sobre la economía y asuntos financieros como pocos pueden imaginar, llegamos a unas elecciones en medio de un caos político. Pedro Sánchez, líder del PSOE y actual presidente, pactó con Unidas Podemos, una organización de tipo comunista, y como comunista al fin, criminal, por tal de obtener el poder. Este ha sido, entre otros, uno de los peores errores de Sánchez, quien por lo demás es un caballero con cierta clase y distinción, a diferencia de sus compañeros Podemitas, verdaderos jipis, algunos involucrados en serios problemas con la justicia por agresión a la guardia civil, por solo poner el ejemplo del bandolero Alberto Rodríguez. Sánchez sigue aspirando a la presidencia de España por el PSOE para esta nueva contienda.
Alberto Núñez Feijóo, por PP, con una destacada carrera política, es también candidato a la presidencia. Como bien dice su slogan de campaña: es el momento. Y con todas las razones y fundamentos del mundo, esta es la realidad, es el momento, ahora o nunca. Núñez Feijóo es la oportunidad que tenemos para desprendernos del comunismo que se ha apoderado de millones de españoles. Como muy bien ha expresado recientemente: “Nos jugamos que España avance o entre en un túnel tenebroso”, algo que, lamentablemente, las multitudes no comprenden, ni les importa entender. Ese por ciento, que por desgracia es casi la mitad del país, se complace si le ofrecéis promesas de ayudas y si le laváis bien el cerebro a base de las doctrinas feministas, ecologistas, progresistas y todos los "istas" del mundo. Para ellos poco trabajo, mucha cerveza en bares, muchas huelgas y manifestaciones, para eso son los "progres". Jamás podrán tener idea de lo que representa el símil del tenebroso túnel utilizado por Feijóo recientemente.
Se trata del túnel por donde podría pasar España hasta alcanzar la hoz y el martillo que pretenden imponer los autoproclamados progresistas. Sánchez, que como sabéis, representa al PSOE, partido que a pesar de haber dejado a un lado el marxismo radical del socialismo, sigue siendo una organización de tipo socialista, ya sabemos todos lo que esto representa. Si aún así, un presidente sin escrúpulos por tal de mantenerse en el poder, fue capaz de unirse a los Podemitas marrones de Pablo Iglesias para lograr conformar un gobierno, ahora lo hará con Sumar, el nuevo movimiento integrado, como dije hace poco, por lo peor de la carroña política de esta nación.
La comunista Yolanda Díaz, por Sumar, movimiento que reúne a lo peor de la política española. La feminista quiere ser la primera “presidenta” verde de España.
En Sumar cabe todo. Su líder, una acérrima comunista, a la que no se le debe permitir continuar ejerciendo su maléfica influencia sobre las masas ignorantes, ha acudido a todos los recursos mediáticos para incrementar el número de seguidores, algo que ha logrado de un día para otro, toda vez que la señora – de proletaria no tiene absolutamente nada a pesar de que pretende ofrecer la imagen estereotipada de los marxistas– conoce muy bien los puntos aquilianos de los españoles, por desgracia muy simpatizantes con la izquierda.
Defensora de los degradados movimientos feministas, del ecologismo radical y de los llamados colectivos LGTB, Yolanda Díaz, cuya imagen y discurso son capaces de provocar un reflejo nauseabundo, no tiene escrúpulos. Se desprende de Unidas Podemos y elimina a Irene Montero, la Ministra de Igualdad – mire que usted qué Ministerio tan absurdo–, como estrategia para lograr su propósito. Sabe de sobra lo mal vista que está la inventora de "Solo sí es sí" y que Podemos no podrá salir del abismo de su muerte. Inventarse un nuevo movimiento para lograr el poder – lo que presupone la implementación del comunismo en España– ha sido su meta.
Por suerte, no logrará la presidencia, algo que sería vergonzoso para España. Recordemos que ha afirmado que quiere ser "la primera presidenta verde de España" – dijo presidenta y no presidente que es lo correcto, así son las feministas–, amén de ser la autora del prólogo de la más reciente edición de “El Manifiesto Comunista”, de la autoría de Marx y Engels, en España, suponiendo que en realidad lo redactara ella. No obstante, la Díaz ha "sumado" a su Sumar demasiado seguidores en un brevísimo período de tiempo.
Las encuestas por estos días sitúan indistintamente a su miserable movimiento entre el tercer o cuarto lugar, lo que presupone que con rapidez, y a pesar de haber salido de la nada, se han convertido en la tercera o cuarta fuerza política del país. Esto es extremadamente peligroso. No se trata del PSOE, que entre penas y glorias se ha estabilizado en este país. Ahora es SUMAR, movimiento que aglutina a lo más indeseable y degradado de la política, y como es lógico a lo peor de la sociedad española, si de seguidores se trata. Lo peor de todo es que Yolanda Díaz está dispuesta a todo por tal de lograr el poder y con esto la imposición del comunismo en España, eso es, entrar en el "túnel tenebroso” al que se ha referido Feijóo.
Santiago Abascal, por Vox, la tercera fuerza política española, el hombre capaz de enfrentar con valentía las idioteces de la izquierda comunista.
Por último, y no por esto menos importante, todo lo contrario, haré mención a Santiago Abascal, el líder de Vox, quien por desgracia, es estigmatizado desde siempre por la extrema izquierda. Abascal es un hombre íntegro, con una valentía como ninguno de los líderes españoles. Su partido, Vox, es la tercera fuerza política de España, a pesar de su breve tiempo, si se le compara con los tradicionales PP y PSOE. Dicho partido es nacionalista, conservador, de derecha – no de ultraderecha como lo nombra de manera despectiva la izquierda extremista–.
Su líder, aspirante también a la presidencia de la nación, se le ha enfrentado a la comunista de Sumar en el reciente debate televisivo y la ha situado en el lugar que merece. La ha desacreditado valientemente al relacionarla con el Comunismo, toda vez que expuso que los movimientos comunistas, a través de la historia, son los responsables de la muerte de millones de seres humanos en todas partes del mundo, amén de recordarle sus vínculos y su admiración por los líderes del socialismo latinoamericano.
En fin, los españoles decidirán este domingo, 23 de julio, quien será el partido que debe gobernar en el venidero período. Ojalá acudan con un mínimo de discernimiento – que es lo que tanto les falta muchas veces–.
La nación está en peligro. Invoquemos de nuevo las sabias palabras del líder del PP: “Nos jugamos que España avance o entre en un túnel tenebroso”.
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