La democracia es un mal sistema, hay que reconocerlo, pero lo grave gravita en que el resto son peores, Winston Spencer Churchill.
- (1).- Emiliano Pérez Castellano.- Profe ¿qué es eso de comentar lo comentado?
José Vilasuso Rivero: Otra vez nada nuevo bajo el sol, Emiliano. Deseo continuar la idea esbozada en nuestro conversatorio anterior tocante a la situación de Argentina.
- (2).- EPérezC.- Eche para adelante.
JVilasusoR: Me refería a la idea de El Poder expuesta por Guillermo Ferrero, autor hoy olvidada por completo pero vigente y comprobada su tesis en la práctica, incluso por los regímenes izquierdizantes, autoritarios y afines principalmente localizados en nuestra región. Me explico. Cuando la señora Kirchner por ejemplo, anunciaba espectacularmente, que se suicidaría si el señor Javier Milei gana las próximas elecciones. En el acto confirmamos la obsesión deslumbrante, sacudida del ángel vengador, otro verdadero espectáculo propio del gran carnaval de Mardi Grass, New Orleans, Louisiana. ¡Caramba los tiempos reclaman mayor seriedad! cuidar de compostura, controlar lenguaje, sacar cuentas, preservar protagonismos. No acepto que los votantes argentinos merezcan tal desprecio; no son niños de teta, ganado vacuno; sus experiencias instrumentalizan otras lecciones. ¡Cuándo aprenderemos!
- (3).- EPérezC.- Reincida profe, no se quede con la idea en el aire.
JVilasusoR: Es que cuando se trata de deslumbrar no se repara en maquillajes, pozos sin fondo, colorantes baratos, se espera que la audiencia parmanezca pendiente, adormecida, y por tanto dopada por el sofisma embaucador. Es la actitud privativa del demagogo a que hace mención Aristóteles. Una vez dominada la masa irredenta no importan los subliminales con que se le prefiera echar a vuelo o arrastrar por las calles. Claro que estas experiencias se prestan por igual para prueba grandielocuente del grado de superficialidad, vanidad de vanidades indesprendible del actor o actora en oficio, la ya citada. Todo circo requiere sus trapecistas, ventrílocuos, prestidigitadores y payasos. De ahí en adelante, se nada o se vuela en el mar o por los fanguisales; su basamento no importa, las criaturas elevadas o hundidas en las profundidades de sus pasiones, desbordes, intemperancias irracionales, ya no resultan poseedoras de sentido común, quedan listas para fundirse en el delirio, la locura y vociferaciones selváticas. Perón, Evita, Castro, Chávez, en tiempos recientes o actuales; Juan Manuel Rosas, doña Encarnación Escurra, y Manuelita en el ayer inolvidable de La Mazorca.
Sin soltar el timón de la nave, resulta que tamaño estado de desenfreno, algarabía y saltimbanquis en activo se hace inseparable a la masa conquistada, la sangre les brota y rebrota. Ahora entre vivas y muertas, puños cerrados y maldiciones a destajo; los revolucionarios, populistas, tercermundistas, no paran mientes para identificar al malo de la película y volcarle en jeta sus reservas más vergonzosas, e intrépidas, a calzón quitao. Ya no hay cuartel, todo desafuero asegura su licencia y por supuesto que de esta guisa el poder no ofrece límites. En resumen se vive el episodio final de la historia que jamás se ha finalizado de contar. Es como un presente laaaaargo y permanente que se extiende y prolonga, prolonga y extiende indefinidamente, de ahí su aburrimiento y se deshoja el verdadero espíritu totalitario que, en la fecha pisotea sin ambages nuestra región subcontinental. Sin apartarnos del tema. En este preciso instante la cifra de verdaderas democracias regionales comprometidas con Occidente, autodeterminación de los pueblos y respeto a los derechos humanos difícilmente puedo enlazarla con dictaduras rampantes; sin embargo prosigo a vuelo con democracias a estilo Colombia, Brasil, Argentina, Bolivia, Honduras, México. ¡Vale por absurdo!
- (4).- EPérezC.- Eso deja mucho, demasiado que desear, profe. Hablamos no solamente de democracias, sino de las tres superpotencias continentales.
JVilasusoR: Exacto. Lo peor del caso se comprueba en la indiferencia generalizada entre sectores reconocidos como liberales; los últimos resultados de votaciones obtenidos en la OEA por ejemplo confirman el entuerto, Emiliano. Por momentos veo como hábito regular y validado ese reconocimiento ya citado, a beneficio de la satrapía caraqueña por parte de Brasil y Colombia a las claras, y al menos, dado que no deseo investigar entremañas. Tan tremendo patinazo traspasador del compromiso ideológico, pone sobre el tapete el absoluto retardo de planteamiento enarbolado por gobernantes de pacotilla que mal o peor no podrían representar a la democracia pluralista. Confirmado dicho proceder en acción se adhiere a la susodicha corriente de El Poder a perpetua memoria. Cita desquiciante de doña Cristina, en otras palabras, yo o nadie más. o mejor dicho; “Después de mi el diluvio,” ¿lo recuerdan?
Ahora me preocupo, miren, tras el suicidio sólo cenizas restan, Emiliano, ¿Dónde florece el respeto, la tenida en cuenta del ciudadano argentino? ¡Esos polvos dejaría la señora vicepresidenta como herencia a sus votantes. ¡Lastimoso, muy lastimoso! En su lugar confiesa, hace patente aquella lacra mal o mejor bautizada por el ¡Qué me importa! ¡Veraz! Si yo no retengo el poder, y los argentinos resultan gobernados por Javier Milei, allá ellos, y que los parta un rayo. ¿Cierto?
Por sobreentendido que ahí paralelamente también se comprueba la grandeza y alcances de la democracia. Para nosotros por pensar libremente, el lugar supremo lo ocupa el poder popular. En la vereda una vez comprometidos con la ciudadanía; si tercero resulta electo, el deber no puede ceñirse a desaparecer de escena, pues el elector errado o lo contrario, merece perennemente nuestra asistencia; desconocemos el rehuir y permanentemente seguiremos atados a su servicio; jamás claudicar. El político no se retira nunca, sentencio Louis Barthuo, primer ministro. Paris 1934. La nave no se abandona, capitán Edward John Smith, Titanic, Liverpool, 1912.
Hablando pelota dura. Al ocupar la poltrona preferible, la oposición por ejemplo, o mejor remachemos que sin oposición no existe política honrada. La oposición trinchera y cantera de toda prueba pacifista, provee de herramientas valiosísimas, inapreciables a la hora cumbre de las confrontaciones, derrotas, fracasos y desafíos. No lejos de ello, frente al vayviene del poder las ópticas difieren y se entrecruzan, lo que conlleva y arrastra consigo el entresuelo; los descubrimientos, claves, aclaraciones y ocasionales secretos imposibles de obtener desde la cima. Hay que descender al sótano del edificio, a la raíz del sembrado, guarida del reptil, a los misterios de cada acontecimiento uno por uno.
Y para quedar mejor esclarecidos. Demos paso a la anécdota. Se cuenta de un rey que un día quiso vestir de paisano y abandonando el palacio salió a entremezclarse con el país que gobernaba. Pasaron los días, semanas, los meses, y al no saberse de su paradero edecanes, turiferarios, cortesanos y familiares altamente preocupados, salieron en su busca hasta por recovecos apartados y desconocidos de ciudades, aldeas y campos. Al fin, luego de incansable peregrinaje, los buscadores toparon con el rey, pero era otro hombre, vestía modestamente, andaba desarmado, y se acompañaba de simples poblanos de cuya amistad se preciaba feliz.
Majestad, regrese a Palacio, lo necesitamos. Rogaron los cortesanos. El rey los contemplaba sereno y luego de sabias, prudentes observaciones y consejos mejores les dijo. He de regresar, se lo prometo. Pero no ahora. ¿Por qué no ahora, majestad? No, porque seguiría gobernando como hasta ayer. Fue lo que aprendí. Pero si así se ha gobernado siempre el reino. Ah, pero es que ahora como súbdito estoy aprendiendo cosas nuevas. ¿Cúales son esas cosas nuevas? Ahora estoy descubriendo a mi pueblo.
Irrebatible. Los gobernantes al encumbrarse, prolongar su mandato y alturas a veces asciendan en exceso. Sin embargo de la mano y proporcionalmente también acrecerá la separación de sus gobernados. Es que las ansias de ostentación, fama, y ovaciones masivas que a menudo enceguecen a tantos patricios de propia denominación suele convertirse en ¡nutriente insensibilizador traducido luego en dictadura! A consecuencia, no importa demasiado si el poder se alcanza por la fuerza o producto de elecciones. A la votación inalterablemente se le puede extender su fecha de vencimiento. La clave se llama, sigue siendo la misma persona; o yo o nadie más.
Para todo obstáculo se encuentra contrapartida, el poder con o sin la gloria. Ahí tienen el secreto de Cristina Kirchner.
 poetamedioloco@yahoo.com
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