“ Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”. Albert Einstein.
Roberto L. Capote Castillo.- Posterior al inevitable derrumbe del comunismo en Cuba ¿Cuál democracia deberíamos observar como paradigma? La realidad demostró que varios países del desaparecido Segundo Mundo aún tienen gobiernos que no han logrado ser completamente demócratas siendo la autocracia de Rusia uno de sus mayores exponentes. Existen múltiples definiciones de democracia, utilizaré la más sencilla: “La democracia es un sistema político y de organización social en el que se confiere el poder de decisión en la conducción del Estado (es decir, la soberanía) al pueblo, que se expresa mediante la voluntad de la mayoría”. El riesgo está en el diseño de las vías por las que se expresará la antedicha “voluntad de la mayoría”.
A continuación, expongo algunos modelos de democracia para explorar las vías utilizadas en la elección de sus presidentes, primeros ministros, canciller, etcétera, según la denominación utilizada para los jefes de Estado. Algunos limitan los periodos de la presidencia otros no.
Estados Unidos: Una buena parte de los habitantes del planeta consideran que la democracia de este país es paradigmática. Sobre este tema existe abundante bibliografía y entender la forma en que es elegido el presidente puede ser confuso incluso para cierta parte de la población norteamericana. El sistema electoral estadounidense es un modelo de elección indirecta mediante el cual los votos de los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino que sus votos posibilitan la elección de los compromisarios, la cantidad lograda en cada estado por los candidatos es lo que realmente determina al ganador de las elecciones. Por ejemplo, esta forma de votación posibilitó que en las elecciones del 2016 Donal Trump ganara las elecciones pese haber obtenido 2,8 millones de votantes menos que su rival demócrata. Esta fue la quinta elección presidencial en la historia estadounidense en donde el ganador perdió el voto popular. La presidencia se limita a dos periodos. No soy partidario de este método de elección presidencial.
Europa: Existen diversos métodos para las elecciones, en algunos países son los votos directos los que eligen al jefe del Estado otros lo hacen por los parlamentos cuyos miembros se eligen por la cantidad de votos de cada Partido. Solamente Letonia y Bosnia y Herzegovina limitan los periodos presidenciales al igual que los Estados Unidos.
España se encuentra actualmente en el proceso de elecciones del Presidente del Gobierno, el modelo de elecciones es indirecto lo que posibilita, como está ocurriendo, que un partido como “Junts per Catalunya” (partido independentista), con apenas 7 escaños en el Congreso de los Diputados (350 diputados), sea decisivo para posibilitar la presidencia del Partido Socialista con 7.760.970 votos el 31,7%, mientras que el Partido Popular que alcanzó 8.091.840 votos el 33,5 % pudiera pasar a la oposición. Tampoco estoy a favor de este modelo de democracia.
Pudiera continuar analizando otras partes del mundo, pero sería aburrido para el lector, solamente concluir que excepto los países comunistas y las dictaduras, en el resto se permite la libre participación de sus ciudadanos para la elección del jefe de Estado.
Según mi criterio, el mejor método para expresar la voluntad de la mayoría es que en elecciones libres participen todos los partidos debidamente inscriptos y si ningún candidato alcanza el porciento de los votos establecido, se convoque una segunda vuelta con los dos candidatos más votados y que sea elegido el que logre mayoría simple. Algunos países establecen el voto obligatorio y otros no, estoy a favor del voto obligatorio, como lo establecía en sus Provisiones la constitución de 1940 cubana, pues lo considero un deber ciudadano. Las abstenciones han sido, en ocasiones, responsables de que asuman la presidencia populistas o dictadores que se convierten con el tiempo en la peor alternativa de la democracia como ha ocurrido en Venezuela.
El socialismo en Cuba se puede considerar en fase terminal, pero al igual que un enfermo, es difícil pronosticar el período de subsistencia. Una buena parte de la población está ocupada en la supervivencia, buscando formas de escapar del país y no de derrocar a la dictadura castro-comunista. Según encuestas realizadas por medios independientes, alrededor del 72 % de la población cubana tiene como mayor esperanza emigrar. Por mi experiencia durante el periodo especial, en los años noventa, puedo asegurar que en tal situación la gran mayoría repudiábamos a la dictadura, pero los que no recibíamos remesas de la diáspora no pensábamos en la oposición, la democracia, los derechos humanos u otros asuntos políticos. La familia y su sustento eran prioritarios por lo que estos quehaceres consumían todas nuestras fuerzas y tiempo. Al concluir mi jornada laboral como investigador, utilizando mis conocimientos de químico, fabricaba ron, jabones y realizaba otros negocios en el mercado negro con personas de dudosa probidad, exponiéndome a situaciones que mantenían a mi esposa en permanente estrés. Ante esa situación solamente pensaba en mis actividades comerciales o escapar mediante la emigración.
No obstante, deseo exponer mis ideas sobre las contingencias potenciales para restablecer la democracia en Cuba. Nuestro país desde su independencia ha sido gobernado por generales y dictadores con breves periodos de democracia representativa. A pesar de haber aprobado la constitución de 1940 considerada una de las más progresista de su época, pues incluía la reforma agraria, educación pública, salario mínimo y otros programas sociales. Sin embargo, poco tiempo fue tenida en cuenta y tampoco se aplicó a plenitud en la gobernanza del país.
El pueblo cubano ha sido sometido a un adoctrinamiento comunista atroz por más de sesenta años. Lo anterior no es un buen antecedente democrático para la ciudadanía. Don Tomas Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba, al ocupar su cargo expandió la campaña de alfabetización comenzada durante el Gobierno Interventor. Entre sus lemas inspiradores encontramos éste: “Ya tenemos República, ahora necesitamos ciudadanos”. Estas palabras mantienen su vigencia para una Cuba poscomunista, pero yo las renovaría de la siguiente forma: “Derrocamos la dictadura, ahora necesitamos una verdadera democracia y ciudadanos”.
La principal tentativa independentista de Cuba fue la “Guerra de los diez años” (1868-1878). Sin embargo, se frustró principalmente por el caudillismo, regionalismo, diferencias entre sus principales protagonistas, etcétera. Todos los aludidos errores fueron magníficamente reflejados en el libro “La Revolución de Yara” de Fernando Figueredo Socarras. José Martí en su perseverante labor para la organización de la Guerra Necesaria expresó que cada Mambí, en la nueva contienda, debería llevar en su mochila los dos tomos del antedicho libro para que no se repitieran los susodichos errores.
En la actual oposición al régimen comunista existen eventos que pueden obstaculizar o retardar las aspiraciones de cambio del pueblo cubano y favorecer la labor divisionista de la seguridad del estado. Expongo a continuación algunas de ellas:
Las nuevas generaciones han acrecentado la oposición al castro-comunismo, pero, por diferentes causas, ha sido contrarrestada o poco eficaz por la infiltración de la seguridad del estado con el objetivo de crear divisionismo o eclipsarlas. Tampoco se han enfocado en derrocar al comunismo, sino que algunas organizaciones demandan espacios para la libre manifestación cultural, otras para determinadas peticiones de los intelectuales, el cese de los apagones, etcétera. La diversidad de formaciones opositoras con diferentes programas, indefiniciones sobre el verdadero opositor, intereses económicos, búsqueda de “méritos” para escapar del país, caudillismo de algunos lideres, etcétera. Todo lo anterior favorece la permanencia del castro-comunismo.
La oposición tampoco ha formado un frente único, por discrepancias en sus programas y prioridades, verbigracia: derechos humanos, presos políticos, libertad de expresión, libertad para los intelectuales, etcétera. La realidad ha demostrado, excepto algunos casos, que la mayoría de sus lideres emigra porque “no resisten” la presión de la seguridad del estado. Las dictaduras han sido derrocadas luchando contra ellas, pero permaneciendo en cada país en las que han sido enfrentadas. La mayoría de los opositores históricos del castro-comunismo, sin ayudas económicas ni apoyo internacional, enfrentaron al comunismo en el país, algunos en situaciones económicas precarias, mientras muchos de nosotros aceptábamos el “statu quo”.
Según mi apreciación, que puede ser errada, una buena parte de los cubanos no poseen auténticos valores patrióticos y han asumido los adoctrinados por los comunistas. Si realizamos una búsqueda en la internet sobre este tema, aparecen mayoritariamente sitios web con los falsos valores instaurados por los comunistas. Esto es debido a que para Fidel Castro la historia de Cuba comenzó en el año 1959. Pocos periodistas independentes, según he observado, se han dedicado a promover los valores de un genuino patriota para que las nuevas generaciones reciban un adoctrinamiento alternativo al comunista, en nuestro país.
El adoctrinamiento comunista ha convencido a una buena parte de la población de que el comunista es patriota y el opositor es mercenario del imperialismo norteamericano. Además, está convencida de que la actual miseria es motivada, en su mayor parte, por el “bloqueo imperialista”, exonerando de responsabilidad a los incompetentes dirigentes castro-comunista, admitiendo que la ineficiencia de la economía y la miseria también es inducida por esta causa. Algunos medios alternativos calculan que más del setenta por ciento de los cubanos no reciben remesas y dependen del régimen para cubrir sus necesidades sufriendo desiguales situaciones para la supervivencia, esto los obliga a enfocar sus esfuerzos en esta dirección.
He observado, con ilusión, el surgimiento de movimientos opositores que tienen un masivo apoyo y aunque desconozco sus programas y estrategias para el enfrentamiento al castro-comunismo me alienta que se destaquen algunos lideres jóvenes, pero, de improviso y decepcionado, constato que abandonan el país y pretenden que escribiendo artículos desde el extranjero pueden deponer a la dictadura. Si se inicia un movimiento contra los castrocomunistas no se puede ceder a sus chantajes y presiones abandonando el país y a sus seguidores. Algunos se han convertido en youtuberos en canales digitales de la internet con ganancias que les permiten vivir como millonarios, fundamentalmente en Miami. Por esta razón admiro a José Daniel Ferrer que sufriendo las peores condiciones en la prisión ha rechazado las presiones de sus carceleros para la salida del país. Esa es la verdadera oposición, al igual que hicieron muchos de los respetados opositores históricos. José Martí, nuestro apóstol, estuvo la mayor parte de su vida exiliado, pero organizando la guerra para la independencia y viviendo modestamente. Su labor fue exitosa pues fue el líder organizador y unificador de la insurrección del año1895 que condujo al país a la independencia.
La nueva estrategia de la cúpula castro-comunista es confabularse pérfidamente con gobernantes de otros países que comparten su ideología para facilitar la salida de los cubanos y deshacerse de los potenciales opositores. Para esto han gestionado visado libre a sabiendas de que será una vía de escape que aprovecharán los ciudadanos, como decíamos en mis tiempos, para de esta forma “bajar la presión y prevenir explosiones populares”. Esta opción también la aprovecha la dictadura para proliferar sus espías en USA y otros países.
Otro aspecto preocupante es la intransigencia de algunos opositores que no conciben que algunas personas que en determinado momento simpatizaron con la revolución y se integraron a sus organizaciones (sin cometer crímenes), se decepcionen del castro-comunismo y cambien su ideología. Estos individuos son generalmente acusados de agentes de la seguridad del estado y encarnizadamente acosados. En cualquier país demócrata un ciudadano puede cambiar de partido, ideología o crear una nueva organización política sin ser acusado de traidor. Continuando con mi experiencia en España, verbigracia, el partido Ciudadanos prácticamente desapareció y sus militantes se incorporaron a otros partidos o han creados otros y todos continúan siendo patriotas demócratas que respetan las instituciones del Estado y las reglas de la democracia.
También hay periodistas y economistas independientes que, aprovechando las nuevas tecnologías de la información, se dedican al escrutinio de las noticias o medidas castro-comunista que a nadie les interesa porque saben que de nada sirven, se enfocan en temas de la economía como la inflación, el control de precios, la obligada bancarización, las miserias por la falta de comida, escasez de agua, apagones, etcétera, que bien conoce el pueblo cubano y las sufre en carne propia. Algunos analizan las “mesas redondas”, que a nadie interesa. Considero que pocas personas utilicen los datos móviles de sus celulares para leer tales podcasts. Les sugiero, que se enfoquen, porque considero que ayuda más a la lucha contra el castro-comunismo, en investigaciones periodísticas o económicas y denunciar las corrupciones de los dirigentes, así como la de sus descendientes que viven igual o mejor que la realeza o millonarios de otros países (la denominada Nueva Clase). Son hechos evidentes que acontecen en todo el país y que tienen mayor impacto político en la población.
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