La verdad que no dirá el Gobierno de Cuba sobre la nueva crisis de combustible
La crisis energética es tan delicada que cualquier evento adverso en la Isla o el exterior podría agravarla hasta extremos no vistos ni durante el Periodo especial.
Por JOSÉ LUIS REYES
Diario de Cuba
29 de septiembre de 2023

Refineria Nico Lopez - video RTV Martí

No es casualidad que el Gobierno cubano anunciara la crisis de combustible que va a enfrentar al país "en los próximos días" luego de conocerse que su segundo suministrador de petróleo en los pasados meses, México, no podrá seguir "donando" combustible a la Isla y que La Habana deberá pagar por tales cargamentos.

Según el reporte de la agencia Bloomberg que hizo pública la información, ello fue dicho por la secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Alicia Bárcena, en una entrevista en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, que tuvo lugar el 18 y 19 de septiembre.

Precisamente el jueves 21 de septiembre tuvo lugar en La Habana la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en la que Manuel Marrero dio a conocer la Instrucción Nro.3 de 2023, en respuesta a "la situación actual que presenta el país" y "que es preciso implementar de inmediato". O sea, lo que la burocracia de la Isla ha dado en llamar "la contingencia".

De acuerdo con el ministro de Energía y Minas cubano, Vicente de la O Levy, la carestía de combustible que dará lugar a déficits de energía eléctrica diarios de al menos 700MW (casi un tercio de la demanda del país) y que obligará además a paralizar parte del transporte, suspender clases, enviar a empleados a hacer teletrabajo, se debe a que "tenemos suministradores y países que no han podido cumplir y que han incumplido contratos. Hemos tenido que salir a comprar casi el combustible del día".

"Va a ser un periodo. En el mes de octubre va a mejorar", aseguró. "Hay negociaciones y hay avances concretos de que vamos a recibir una cantidad de combustible, pero no vamos a tener el combustible que teníamos y mucho menos el que necesitamos. El principal problema es con el diésel y con el fuel oil", aclaró.

¿Quiénes son esos suministradores que incumplen los acuerdos, según el ministro, y que nunca La Habana menciona explícitamente?

DIARIO DE CUBA habló con Jorge Piñón, investigador principal del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, quien explicó la situación que enfrenta La Habana ante esta nueva crisis de suministro, solo homologable a la que sobrevino tras el fin de la cuota petrolera de la URSS a inicios de la década de 1990.

"Cuba no tiene dinero para comprar en los mercados internacionales y los suministradores con los cuales tenía compromisos no están cumpliendo los mismos", aseguró, señalando a las tres fuentes de combustible principales de la Isla: Venezuela, México y Rusia, en ese orden.

Aquí hay que hacer una acotación: en junio pasado, Moscú anunció un acuerdo para que la empresa petrolera Rosneft suministre a la Isla 1,64 millones de toneladas de petróleo y productos derivados anuales, y en mayo el supertanquero Limo, con bandera de Camerún y procedente de la nación euroasiática, descargó en Cuba un estimado de 800.000 barriles. Pero ese flujo se ha detenido.

"Entiendo que Rosneft está en espera del acuerdo intergubernamental entre Cuba y Rusia para garantizarles el pago por el valor de mercado de los envíos a Cuba", indicó Piñón. "Rosneft no quiere que la deuda aparezca en sus reportes financieros, y el Gobierno ruso será el garante del acuerdo".

En el caso de México, ni siquiera la alianza política entre López Obrador y Díaz-Canel parece bastar para que la petrolera estatal Pemex siga despachando combustible a Cuba. Y es que la producción de crudo de esa empresa se ha reducido a la mitad, desde el máximo alcanzado en 2004, y ha disminuido casi todos los años en la última década y media, mientras que su deuda es la más alta de cualquier gran petrolera, con una carga de 110.500 millones de dólares a finales de junio.

Asimismo, México enfrenta su mayor déficit fiscal en más de tres décadas, por lo que el Gobierno está estudiando la posibilidad de vender el petróleo de Pemex a Cuba, en lugar de regalarlo.

Según Bloomberg, en junio México envió sin cargo 350.000 barriles de crudo a Cuba, más 700.000 en julio, todos a la cuenta de Pemex y por un valor aproximado de 77 millones de dólares. Estas fueron las primeras exportaciones de la firma a la Isla desde 2019.

"Parece ser que con el barril del petróleo alrededor de los 100 dólares se han terminado (o reducido) los envíos 'gratis' de petróleo, por lo menos a corto plazo, de Rusia, México y hasta quizás de Venezuela", apuntó Piñón. "Todo barril enviado a Cuba significa una pérdida importante en el flujo de caja de estos países", señaló.

En cuanto a Venezuela, en los últimos años la estatal PDVSA ha tenido problemas para producir suficiente combustible para cubrir las necesidades internas, reduciendo así lo que puede exportar. En lo que va de año, los cargamentos a la Isla han oscilado: 40 millones de barriles diarios (bpd) en enero; 52 en febrero; 70 en marzo; 45 en abril; 58 en mayo; 75 en junio; 53 en julio y 56 en agosto.

Ello, incluyendo petróleo crudo de las variedades Mesa, Merey y Leona; fuel oil y otros combustibles.

Piñón recordó que "Cuba produce unos 40.000 barriles diarios de petróleo, pero necesita de otros 100.000 para satisfacer su demanda. La diferencia era hasta ahora cubierta en parte por sus socios, pero habría un déficit de al menos 20.000 bpd".

La demanda de combustibles en Cuba, según datos de 2021 de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), supone que el fuel oil y el crudo son el 72% del consumo anual (4.686 millones de toneladas); 18% de diésel (1.186 millones de toneladas); 4% de gasolina (250 millones); 2,5 de gas licuado de petróleo (162 millones); 1,3% de turbo (87 millones); 1,0% de keroseno (62 millones); 0,6% de nafta (48 millones), y 0,4% de otros combustibles (38 millones). En total, 6.519 millones de toneladas.

La Isla satisface con el crudo de producción nacional el 44% de sus necesidades energéticas y el 8% con el gas acompañante, destinados a la generación de la electricidad y el consumo doméstico. Pero los cargamentos de Venezuela que hoy quedarían como la otra fuente de suministro no son suficientes para completar el resto.

A esta crisis de suministradores se suman problemas internos. "La refinería Ñico López, de La Habana, solamente está procesando 1.200 toneladas al día (8.532 barriles diarios, o bd)", recordó Piñón. "La capacidad operativa de la refinería es de 22.000 bd. Las refinerías de Cienfuegos (55.000 bd) y de Santiago de Cuba (17.000 bd) no están procesando crudo", agregó.

O sea, ello determina en buena medida la escasez de gasolina que se nota desde inicios de año en los servicentros de la Isla, y que ya dio lugar a la crisis de suministro de abril pasado. Pero nunca como ahora ese problema se había extendido a la producción de energía eléctrica con diésel.

"Tienen problemas con la calidad del fuel oil que están recibiendo. Y las plantas flotantes turcas se abastecen con fuel oil", sumó Piñón. "La situación es crítica con el diésel, ya que este abastece al sector eléctrico (grupos electrógenos), el transporte y la agricultura".

Asimismo, "las termoeléctricas se abastecen principalmente con crudo cubano. El problema con estas no es falta de combustible, sino de mantenimiento", advirtió. "No voy a repetir mis numerosos comentarios sobre el Sistema Eléctrico Nacional: está colapsado, y arreglos temporales no van a resolver lo que es un problema estructural".

Y si bien el ministro De la O Levy volvió a mencionar los planes para fomentar las energías renovables, de las que el Gobierno habla de tanto en tanto, sugiriendo que con ello el país sería independiente desde el punto de vista energético, lo cierto es que hoy las fuentes limpias representan apenas el 5% del consumo de Cuba.

Después de las cada vez más frecuentes averías de termoeléctricas, con las consecuentes tandas de hasta más de 12 horas de apagones, panorama que tocó fondo en 2022, cuando la Isla llegó a sufrir un apagón total en septiembre y un rosario de protestas populares, ¿no era hora de que el Gobierno tuviera como solución algo más que promesas?

La nueva crisis energética cubana es tan delicada que cualquier evento adverso en la Isla (la avería de una termoeléctrica; un huracán; un incendio en alguna instalación petroquímica) o el exterior (el incremento de los precios del petróleo; una nueva guerra comercial o enfrentamiento armado) podría complicarla hasta extremos no vistos ni durante el llamado Periodo especial.

Ante la ausencia de un nuevo aliado benefactor, como antes lo fueran la URSS y Venezuela, y este año México, al menos durante unos meses, ¿quién asumirá el papel de regalar el petróleo que necesita Cuba? ¿Acabarán las autoridades de destinar los millones que invierten en hoteles en construir nuevas termoeléctricas?

Como quiera que se mire, cualquier solución tomará tiempo y dinero. La Habana no tiene ni lo uno ni lo otro. Y a ojos vista está que el Partido Comunista prefiere pedirle a sus gobernados que se sacrifiquen antes que empezar a resolver para siempre un problema que compromete aún más el futuro de la Isla y el del grupo en el poder.