Casablanca by Night con el Costa Favolosa Por Félix José Hernández.
Foto: Bailando la Danza del Vientre.
Querida Ofelia,
Félix José Hernández.- Casablanca, 30 de septiembre de 2023.- De nuevo en Casablanca, esta vez por dos días. En viajes anteriores también habíamos visitado: Fès, Meknès, Marrakech, Agadir, Rabat, etc. Los marroquíes son muy acogedores y poseen un patrimonio cultural gigantesco.
Dejamos el puerto de Casablanca para hacer un recorrido panorámico en autocar por sus barrios más modernos, construidos a partir de principios del siglo XX siguiendo un plan urbanístico destinado a transformar la ciudad y planificar su crecimiento, que ha sido extraordinario.
Hicimos una parada en la que nuestro guía nos mostró la animada Plaza de Mohammed V, el centro neurálgico de la ciudad y un complejo arquitectónico islámico de moderna construcción, inspirado en las tradiciones nacionales.
Atravesamos en autocar el Parque de la Liga árabe y recorrimos el Boulevard Moulay Youssef, una de las arterias principales de la ciudad, bordeada por elegantes casas con influencias modernistas y neo moriscas.
Desde allí llegamos a la mezquita más grande del mundo, solo por detrás de la de La Meca: la Mezquita de Hassan II que, de acuerdo con los deseos del soberano que le da nombre, simboliza un islam abierto al mundo y a las ciencias. Se trata de una sorprendente obra maestra de arte y tecnología, con un monumental minarete de 210 metros.
Nuestro recorrido continuó por las grandes avenidas del centro de la ciudad, donde nuestro guía nos mostró el Casablanca Twin Center, un gran complejo posmoderno formado por dos torres gemelas de 115 metros de altura, separadas entre sí por una imponente escalinata de mármol.
Pusimos rumbo al paseo marítimo y recorrimos la famosa Corniche, donde se encuentran los locales más de moda, elegantes terrazas, refinados hoteles y zonas de baño equipadas, hasta llegar a nuestro restaurante “Dar el Kaid” (rue Mohamed El Alaoui, ancienne Medina). Imposible quedarse indiferente ante la atmósfera de auténtico encanto, romántica, cálida, acogedora, casi sensual, de este interior marroquí donde nada se ha dejado al azar, ni siquiera el servicio, que es exquisito y discreto. Velas, por todas partes, decoraciones magrebíes de otros tiempos pero todavía hoy de gran atractivo, como las cerámicas decoradas a mano de las paredes y los techos taraceados que recrean una sofisticada intimidad, con el ritmo repetitivo y relajante de una fuente decorada con mil mosaicos de colores. Nos envuelven todos los perfumes y sabores de la más auténtica cocina local, servida en vajilla de Limoges. Su secreto reside en el equilibrio entre lo dulce y lo salado, y en el sabio y delicado uso de diversas especias e hierbas aromáticas. Los compases de la música árabe-andalusí y las danzas tradicionales amenizan la velada. Las dos bellísimas muchachas bailaron la celebérrima Danza del Vientre, con una delicadeza y sensualidad que solo esas chicas árabes saben hacer (puedes ver las fotos en mi perfil de Facebook).
Por último, después de tomar el típico té con menta, el símbolo por excelencia de la hospitalidad marroquí, nos montamos de nuevo en el autocar para volver a recorrer la Corniche y su animada vida nocturna. De vuelta al barco, contemplamos desde el balcón de nuestro camarote la Mezquita de Hassan II que, envuelta por una admirable y mágica iluminación, parece – como dicen con orgullo los habitantes de Casablanca – una creación divina que surge del océano.
Mañana visitaremos durante el día la ciudad.
Un gran abrazo desde la incomparable Casablanca, a la cual sus habitantes llaman Casa,