(PARTE V Final) La fracasada organización de la economía socialista en Cuba. Por el ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.
“Los socialistas creen en dos cosas que son absolutamente diferentes y hasta quizá contradictorias: libertad y organización.” Friedrich Hayek.
Periodo 2011-2023
Ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.- En este periodo se celebraron 3 congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC). En abril de 2011 se realizó el VI Congreso, después de 14 años de “descanso”, según mi criterio, por innecesarios. El congreso estuvo enfocado hacia las reformas que Raúl Castro definió como estructurales al asumir el mando en 2006. Un dato interesante que quiero mostrar es que en el I Congreso de 1975 participaron tres mil 116 delegados y en el VIII de 2021 participaron tan solo 300 alegando que era por el covid-19. Creo que la principal causa es que los delegados (aplaudidores y aprobadores), son innecesarios pues los Castros gobiernan “a manos sueltas”.
Raúl Castro, en el Informe central al VI Congreso (2011) expresó: “Lo que aprobemos en este Congreso no puede sufrir la misma suerte que los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido”. No obstante, en el VIII Congreso (2021) en el informe central tuvo la desfachatez de expresar: “La economía cubana en los últimos cinco años ha demostrado capacidad de resistencia frente a los obstáculos que representa el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, lo que permitió preservar las principales conquistas de la Revolución en materia de la salud pública, la educación y la seguridad social, sin renunciar a los objetivos de desarrollo previstos ni el apoyo solidario a otras naciones”. Merece un “premio Oscar” por mejor actor falaz, embustero y farsante. Todos los Congresos han sido una falsedad pues ninguno ha aportado soluciones a los problemas económicos, políticos y sociales del país.
El Castro-comunismo siempre ha estado subsidiado para su sobrevivencia, primero por la URSS y después Venezuela. Los lineamientos acordados en los susodichos congresos partidistas han sido ineficaces para enfrentar las permanentes crisis del país toleradas por la resiliencia de los proletarios cubanos porque la “Nueva Clase”, siempre ha vivido como millonarios. En este periodo comenzaron a utilizarse con mucha fuerza dos frases que al analizarlas trasmiten el mensaje de que aquello no tiene remedio: “sin pausa, pero sin prisa” y “unidad y continuidad”.
Antes de analizar los principales acontecimientos económicos de este período deseo destacar algunos de índole política. En esta etapa se rescatan los cargos de Presidente, Primer Ministro y en el VIII Congreso Raúl Castro escoge como primer secretario del partido a Diaz-Canel que ya había sido “designado” Presidente, pero el longevo dinástico expresó: “Que Nadie lo dude, mientras viva estaré listo, con el pie en el estribo, para defender a la Patria, la Revolución y el Socialismo con más fuerza que nunca”. Para los cubanos que conocemos el “dialecto comunista”, interpretamos esta alocución como: «yo sigo siendo el dueño absoluto y en todos los ámbitos mando yo». Además, el nuevo títere designado fue sincero u obsecuente al expresar que las principales decisiones siempre serían consultadas con el anciano dinástico.
Hacer un análisis de las resoluciones políticas, económicas y sociales de los susodichos tres congresos, en este periodo, sería una pérdida de tiempo. Si analizamos las 86 páginas en sus trece capítulos de los“Lineamientos de la política económica y social del Partido y La Revolución para el periodo 2021-2026” y los comparamos con la realidad actual se comprueba que ninguno ha sido eficaz para mejorar la economía. La situación general del país no puede estar peor, no obstante, en el VIII Congreso Raúl ratificó que el gradualismo era la mejor política económica. Anunció que las actividades por cuenta propia se ampliaban de 127 a más de 2000. Como siempre a los graduados universitarios no se les permite ejercer sus profesiones. Es increíble que esto ocurra en la sociedad del conocimiento. Supone el anciano dinástico que autorizarlo afectaría la esencia del socialismo cubano, mientras aumentan los millonarios semianalfabetos mediante sus turbios negocios. Se están estableciendo los cimientos para la futura “Mafia Cubana”.
Respeto a los expertos y académicos que analizan críticamente el desempeño de la economía cubana, pero la mayoría lo hacen utilizando los indicadores y resultados publicados por las entidades del castro-comunismo, así como la de los organismos internacionales que aceptan los datos manipulados y falsos. Me refiero a las estadísticas Macro, verbigracia, el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, la tasa de desempleo, la balanza comercial, así como la deuda y los microeconómicos como el precio de los bienes y servicios, la demanda del consumidor, la oferta del productor y la elasticidad del precio de los bienes y servicios. Al respecto expongo una experiencia personal: “En la década de los noventa había un programa en la TV titulado “Agenda Abierta” cuyo anfitrión era un periodista (Antonio Resíllez), célebre por su incondicionalidad al castro-comunismo. Invitaba a dirigentes gubernamentales para que explicaran sobre su gestión. El presidente del gobierno de mi provincia participó y según su informe la abundancia de comida y otros bienes superaba cualquier país de la región”. En esa época era investigador en la Academia de Ciencias y me comentó un militante que en la reunión del núcleo del partido los militantes protestaron por las mentiras del dirigente y acordaron remitir una queja al nivel municipal y provincial, posteriormente enviaron dirigentes de los susodichos niveles para apaciguar la situación. Yo tengo una amiga que trabajaba en la oficina de estadísticas en la provincia y me explicó que su departamento entregó el informe con los datos verídicos al mencionado dirigente, pero lo refutó varias veces hasta que le dijeron que lo arreglara a su conveniencia que la entidad lo aprobaría y así sucedió.
En este periodo (2014), Marino Murillo es elegido al frente del Ministerio de Economía y Planificación ante la necesidad de "armonizar e integrar a un nivel superior el proceso de actualización del modelo económico". Murillo en su condición de coordinador de la Comisión de Política Económica del VI Congreso del Partido, había sido encargado de supervisar la implementación de las medidas asociadas a la actualización del modelo económico cubano. Acometió su tarea como le ordenó el anciano autócrata, “sin prisa, pero sin pausa”, frase que desentrañó el programa “Martí Noticias” al explicar: “Economía política de Raúl Castro: sin prisa, con largas pausas y (a veces) en marcha atrás. Comparadas con el inmovilismo totalitario de su hermano, las reformas de Castro cambiaron la fachada de la economía cubana, sin la profundidad y la urgencia que requería un país empantanado por décadas de planificación central, estatización y dependencia del exterior. Después de 10 años Murillo hizo su demorada propuesta para “armonizar e integrar a un nivel superior la economía” y unificar las monedas que circulaban en Cuba. Creo que el término más apropiado es “eliminar la dualidad monetaria”, porque el de unión monetaria tiene otro significado al pretendido objetivo.
Las medidas propuestas por Murillo, en la llamada “Tarea Ordenamiento” eliminaron la circulación del peso cubano convertible (CUC), establecieron un nuevo tipo de cambio del peso cubano (CUP) y reformaron los precios, salarios y pensiones con el objetivo de reordenar el desbarajuste monetario y cambiario. La ralentización en la implementación de la tarea provocó que se aplicara en el peor momento de la economía cubana. Aunque el dólar y las demás divisas no circularían en efectivo, se aplicaron nuevas formas de pago con estas monedas. Además del “Desordenamiento” en la economía, en lugar de eliminarse la dualidad monetaria en realidad se multiplicaron y le dieron un espaldarazo al mercado negro de divisas. Para el comercio exterior se estableció un cambio sobrevaluado del peso cubano pues el “Zar de las reformas económicas en Cuba” no tuvo en cuenta las condiciones del mercado y le impuso un valor mayor al que tenia de acuerdo a las condiciones existentes. Esto es mortal para las empresas exportadoras e importadoras. Toda la situación anterior induce que la economía del país empeore continuamente porque tratan de resolver los problemas con el mismo nivel de pensamiento que los crearon.
En la “Tarea Ordenamiento” no se tuvieron en cuenta los factores económicos, formando una sinergia que indujo la mayor crisis económica del país desde el 1959. El desorden provocó escasez del peso cubano (CUP), se aplicó la “Bancarización” de todos los pagos, para evitar la circulación del efectivo pues el Estado carece de papel moneda. Ahora se trafica también con el CUP en efectivo. La tecnología de los bancos está obsoleta para enfrentar esta nueva tarea. Otro desorden.
Las consecuencias de la “Tarea Ordenamiento” no tienen solución por medio de programas y medidas artificiosas requeridas por el “Designado”, pretendiendo que cada ministro y los ciudadanos se transformen en el “Mago Melín” para resolver los problemas del país y la economía socialista. Si a la CIA norteamericana le hubiesen encomendado la tarea de desordenar la economía de Cuba para derrocar al comunismo en Cuba, no hubieran sido capaces de elaborar propuestas similares a las de Murillo, pues les hubiera faltado imaginación para tantas incoherencias. Para que el Estado castro-comunista realice una seria reforma del sistema monetario y cambiario, así como se conecte con la economía internacional, deben aplicar los cambios sugeridos por “Columbia Law School”:
“Ante los problemas generados por una medida tomada a destiempo, en el peor de los momentos para el país en las últimas tres décadas, y concebida erróneamente, es necesario corregir el rumbo y adoptar una política más realista, sobre todo a partir de la reapertura del turismo, que en principio podría caracterizarse por los siguientes componentes:
- Establecer la plena soberanía del peso cubano en todas las transacciones domésticas, eliminando las tiendas en moneda libremente convertible y restableciendo su plena convertibilidad interna.
- Abandonar el sistema de cambios fijos y reemplazarlo por un tipo de cambio flexible que, transitoriamente, pudiera requerir la intervención del Banco Central para contener presiones especulativas.
- Establecer un mercado transparente de divisas en el que puedan interactuar libremente oferentes y demandantes de divisas extranjeras y de pesos cubanos.
- Permitir la apertura de sucursales de bancos comerciales extranjeros con la debida supervisión de las autoridades del sistema financiero, de forma que pueda canalizarse ahorro externo para facilitar el crédito para la inversión y para el consumo, ante la evidente insuficiencia del ahorro bruto interno.
- Liberalizar el comercio exterior, eliminando el monopolio estatal y permitiendo la aparición de empresas comercializadoras o gestoras en cualquier tipo de propiedad.
Con estas medidas, podría abordarse una profunda reforma del sistema monetario y cambiario que, en principio, eliminaría las distorsiones que ha generado la llamada “Tarea Ordenamiento” y permitiría una conexión más efectiva de la economía nacional con la internacional, a partir del establecimiento de precios relativos que reflejen las condiciones reales de competitividad”.
El 29 de septiembre del 2021 se anuncia la creación de las primeras 35 MIPYMES en el país, mediante el Decreto-Ley No. 46/2021. El mismo pretende facilitar la inserción de estos actores en el proceso de ordenamiento cubano y autoriza la constitución de estas empresas como personas jurídicas para ejercer sus actividades económicas. Las actuales MIPYMES solamente alivian las necesidades de una pequeña parte de la población, pues los precios de sus ofertas se establecen basados en la actual inflación.
Sobre estas empresas se han hecho suficientes análisis, por expertos y académicos, que coinciden en que no son la solución de la situación económica del país. Algunas se están utilizando para lavar dinero de los descendientes o jubilados de la cúpula castrista, utilizando testaferros. Recientemente conocí de un amigo que tenía una MIPYME, ciudadano de a pie, dedicada a la construcción que quebró por los impuestos al cierre de su primer año.
El actual “Desordenamiento” conjuntamente con las leyes, programas, medidas, etcétera, transformará la economía en un “timbiriche”, cada vez más retrasado y con una disminución permanente del nivel de vida de los ciudadanos cuya mayor aspiración es la emigración. Al finalizar la primera parte de estos artículos escribí: “La conclusión explícita del fracaso de la organización de la economía socialista cubana hasta el año 1980 se refleja en el éxodo del Mariel”. Para concluir esta parte final describiré la situación actual con similares palabras: “El fracaso de la actualización del modelo económico cubano es evidente por la emigración en el año 2022 de 366 000 cubanos casi triplicando los 125 000 del éxodo del Mariel”. Esta vez no son “escorias” sino miles de personas cualificadas, la mayoría jóvenes. Hay una descapitalización de los recursos humanos en el país que es evidente en diferentes sectores de la economía. Existen rumores de que la cúpula castro-comunista tiene“listos varios helicópteros y aviones” en Cayo Largo del Sur para una repentina salida, a la manera de Fulgencio Batista, con destino a Canadá, cuyo Gobierno ofrecerá pasaportes para su reinstalación en Europa. Sus fortunas están fuera del país gestionadas por sus respectivos testaferros.
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