“La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso”. Peter Drucker
Ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.- El 3 de enero de 1959 se constituye en la Universidad de Santiago de Cuba el Gobierno Revolucionario presidido por el doctor Manuel Urrutia Lleó al que juramentan sus cargos cinco ministros que posteriormente aumentaron hasta diecinueve. La Ley No. 134/2020 regula la organización y funcionamiento del actual Consejo de Ministros y su Comité Ejecutivo, así como lo relativo al Primer Ministro, los viceprimeros ministros, el Secretario y demás miembros que lo integran. En total hay un Primer Ministro, 6 viceprimeros ministros, 1 secretario y 27 ministros.
Desde el primer gobierno al actual se han realizado numerosos cambios en los ministerios por fusiones o nuevas creaciones. Esto por supuesto induce cambios en la estructura empresarial del país y en las propias empresas. No obstante, atendiendo a la frase de Drucker, que encabeza el presente artículo, al parecer la economía socialista siempre ha apostado por la estructura equivocada que es una garantía de fracaso. La situación actual de los ministerios, las empresas y por ende la economía muestra que su modelo se ha agotado, está en quiebra y la situación es irreversible. Se impone una pregunta ¿Qué funciones y tareas cumple tan numeroso Consejo de Ministros? El desempeño de cualquier cargo solamente se puede valorar por la eficacia y eficiencia de los resultados. La actual realidad cubana dice todo lo contrario.
Otro aspecto que deseo explicar, por la poca cultura económica de los cubanos, es que hay diversos países en los que existen empresas estatales (públicas), en los que el sector privado no es el único que aporta a la lista de empresas más importantes a nivel mundial. En realidad, son pocas, pero existen compañías públicas (de capital mayoritariamente estatal), con una participación importante en sus mercados de origen y funcionan como si fuesen corporaciones privadas. Esta información contradice el precepto liberal de que las organizaciones públicas son sinónimo de improductividad, ineficiencia y burocracia por lo que no generan riqueza como sus pares privados. En los países democráticos, sin corrupción, se cumple lo primero, pero en los demás surgen gobernantes populistas que luego cambian las leyes y a modo de autócratas “dirigen” la economía, roban del tesoro público hasta llevarlas al fracaso, verbigracia, PDVSA en Venezuela. Sobre este tema tengo mi criterio: “La economía política del país es decisiva en la eficacia y eficiencia de las empresas, sean públicas o privadas”. Los gobernantes tienen la tarea de establecer leyes y regulaciones que incentiven y originen el desarrollo económico y social de sus países, además de otras funciones, pero los autócratas comunistas solamente promueven pobreza y miseria para sus ciudadanos.
Deseo exponer una experiencia personal de mi visita a Miami en el presente año. Entre los muchos amigos que felizmente reencontré hubo uno, que, sabiendo de mi residencia en España, me dijo: “Roberto tu estas viviendo otro comunismo”. Deseo esclarecer algunos conceptos que, por el adoctrinamiento, una buena parte de los cubanos desconoce. En un país democrático existen todos los partidos que cumplan lo establecido en la ley incluyendo el comunista, vale destacar que con esa denominación éste partido nunca ha ganado elecciones democráticas en ningún país. A mi buen amigo le dije: “España es un Estado democrático, de derecho y de bienestar, con una economía de mercado. El actual Presidente pertenece al partido socialista, respeta la propiedad de los ciudadanos y empresarios, permite la existencia de empresas e inversiones extranjeras, respeta los derechos humanos, etcétera”. Asimismo, el voto es voluntario y si lo deseo no lo hago. Ojalá existiera este “comunismo” en Cuba. Verbigracia, en España hay un ministro de Industria, Comercio y Turismo cuyas funciones fundamentales, entre otras, son promover el desarrollo de las empresas, así como las inversiones de estos sectores de la economía, pero si intentara dirigirlos imponiéndoles sus ideas, caprichos o estupideces seria separado de su cargo inmediatamente y tampoco serian aprobadas sus alocadas leyes por la estructura democrática existente.
Desde los inicios de la dictadura castro-comunista era evidente la escasez de dirigentes con experiencia en la gestión ministerial y empresarial ocupando estos puestos los “Barbudos” induciendo una inadecuada estructuración de la economía y aunque se han hecho todo tipo de experimentos, sin salirse del sistema económico socialista, solamente se ha logrado la estructura equivocada. Por lo anterior son frecuentes los cambios institucionales en la economía. El socialismo autocrático no ha funcionado en ningún país.
China y Vietnam son países dirigidos por el partido comunista con un capitalismo de Estado que permite la economía de mercado y parte de sus empresas estatales son productivas y eficientes y las que no, son subsidiadas por el Estado auxiliándose de los beneficios del sector privado. Me atrevo a predecir que tales sistemas no se sustentarán en el futuro y convergerán hacia un Estado democrático con economía de mercado. Según el manifiesto comunista de Karl Marx: “Los proletarios no tienen nada propio que asegurar, sino destruir todos los aseguramientos y seguridades privadas de los demás”. La realidad demostró que el capitalismo les posibilitó tener propiedades y mejorar sus vidas a niveles impensables por el filósofo comunista. Es evidente que los proletarios sometidos a los regímenes comunistas con economía socialista, dirigidos por autócratas, se hunden cada vez más en la pobreza y la miseria como ocurre en Cuba, Venezuela, Corea del Norte y algunos otros.
Según mi criterio la empresa es la célula madre de la economía de un país. Peter Druker, reconocido como el padre del “management”, fue el primer economista influyente en definir las empresas como instituciones sociales. Creía que debían reflejar las creencias y los valores sociales de la sociedad en general, por lo tanto, el director de una empresa y los propios directivos eran como padres para sus empleados. Los principios de Drucker se basan en 5 grandes áreas de conocimiento: misión-visión de la empresa, los clientes, necesidades del cliente, resultados y plan empresarial. Por mi experiencia de consultor puedo asegurar que buena parte de los directores empresariales y sus directivos en lugar de ser “como padres”, son déspotas que además poseen pocos conocimientos sobre las susodichas áreas de conocimiento. Sus prioridades las definen las estructuras superiores de dirección del gobierno y el partido que generalmente están equivocadas.
La economía del país ha sido estructurada en diferentes ministerios subordinados al Consejo de Ministros presidido actualmente por el Primer Ministro que a su vez se somete al Presidente y el Consejo de Estado. La estructura desde los ministerios hasta las empresas es frecuentemente cambiada. De forma general, pero no definitivamente, ha sido estructurada de la siguiente forma:
Ministerios: Cada ministro, el que está de turno, dirige de forma autócrata imponiendo sus estúpidas, obsecuentes y falaces ideas aplicando lo que denomino “dirección por medidas” (ineficaces). Nunca cumplen el plan de la economía y su puesto no depende de sus resultados, aunque afecten la ciudadanía o la economía del país. Son defenestrados cuando la población está al punto del estallido por sus afectaciones o la corrupción es desmedida. Tampoco su desempeño puede ser eficaz y eficiente pues carecen de recursos financieros en un país en quiebra.
Delegaciones Provinciales: Estas organizaciones existieron para la mayoría de los ministerios, eran la máxima autoridad en el área geográfica correspondiente. Siempre las valoré con mucha autoridad para decretar órdenes, directivas, medidas y poca responsabilidad por los resultados de las empresas que dirigían, similar a lo que ocurre con los Estados Mayores de los ejércitos. Después de algunos años demostrando su innecesaria existencia desaparecieron, ocupando su espacio los Grupos Empresariales y las Uniones de Empresas, igualmente prescindibles.
Uniones de empresas o Grupos empresariales: Se ha creado este nivel de dirección como enlace entre los ministerios y las empresas. Según mi experiencia sus funciones las pueden asumir las empresas si se les otorgan las facultades correspondientes. Son intermediarios burocráticos que ralentizan y/o complican las acciones y decisiones innecesariamente. De acuerdo al rol que desempeñan deberían desaparecer, aunque la burocracia siempre inventa nuevas estructuras en aras de salvarse de los frecuentes cambios o racionalizaciones. Al respecto tengo una experiencia personal: “Mientras asesoraba a una empresa me entrevisté con el director de La Unión de Empresa a la que pertenecía, reconoció que gracias a mi trabajo la empresa era la mejor de todas y me realizó otras ofertas de asesoría. Posteriormente Raúl Castro, ordena la reestructuración del sistema empresarial del país para disminuir el exceso de trabajadores. Ante esta medida la Unión se transformó en empresa y sus anteriores subordinadas las convirtió en Unidades Empresariales de Base (UEB), con esta artimaña todo quedó igual, pero buena parte de mi trabajo, reconocido como beneficioso para la productividad y eficiencia se perdían pues como UEB carecían de facultades para implementar las recomendaciones realizadas en mi consultoría”.
Empresas: Organizaciones subordinadas a las uniones o grupos empresariales. Se organizan por lo general por productos, servicios o actividades económicas afines. Están estructuradas por direcciones, subdirecciones, departamentos, Unidades Empresariales de Base (UEB), fábricas, talleres y otras dependencias según su categoría u organización.
Al asumir su cargo el heredero Raúl Castro anunció cambios estructurales en la economía. Esta proclamación generó expectativas en los cubanos pues considerábamos que sin el yugo de su antecesor tenía libertad para aplicar nuevas ideas. Algunos creímos que había surgido un “Castrochov” y aplicaría la necesaria “Cubastroskia”. El tiempo demostró que se refería a modificaciones institucionales y no a la introducción de medidas liberales en la fracasada dirección centralizada de la economía. Su decisión se basaba en el exceso de trabajadores en las empresas, la poca eficiencia y baja productividad algo así como “La verdad de Perogrullo”. Calculó que el sector privado asimilaría más de un millón de los excedentes. Luego reflexionó y propuso realizar cambios “sin prisa, pero sin pausa”, frase útil para justificar el inmovilismo y continuidad socialista. Yo la reformularía: “con mucha prisa y sin pausa”.
El propósito de reducir el sector estatal de la economía para eliminar o disminuir la burocracia, sin descartar un símil de la estructura funcional ha sido fallido. Según estadísticas del gobierno en la actualidad hay 2417 empresas estatales, de ellas 1872 son la empresa estatal más tradicional, mientras que el resto son nuevos tipos de empresas que hace dos años no existían: la empresa filial y las MiPymes estatales. Las empresas estatales aportan el 92% de las ventas netas del sistema empresarial del país, el 75% de las exportaciones y son el 87% del PIB. Esta estructura, aunque el gobierno la percibe exitosa, define la economía cubana como socialista al modo castro-comunista con insignificantes medidas liberales basada en un sector privado de “timbiriche”.
En el sistema empresarial cubano las estructuras no son consideradas necesarias para la realización económica de las empresas, en mis años de consultor no escuché a ningún director achacar a la estructura la causa de los malos resultados económicos. Generalmente se quejaban por la falta de puestos de trabajo para responder a las exigencias informativas y control de los burócratas de los niveles superiores de dirección del partido y gobierno. Por esta razón crean, cada vez que lo consiguen, nuevos puestos de trabajo inútiles generando burocracia.
Por el estilo autoritario de la mayoría de los rectores de la estructura ministerial y empresarial del país, generalmente prescinden de las opiniones de sus colaboradores para la toma de las decisiones. Las estructuras tampoco desempeñan el rol de posibilitar el desarrollo o formación de los cuadros de manera tal que asciendan desde los niveles inferiores de dirección a los superiores. La existencia la “Política de Cuadros”, aprobada en los inútiles congresos del partido, ha demostrado en la práctica que las promociones de los directores, generalmente, tienen una ruta horizontal pues pocas veces este movimiento es ascendente. La promoción es la traslación hacia otra empresa de mayor categoría de la que procede, esto ha inducido, en no pocos casos, a que posteriormente sean sustituidos por sus incompetencias al manifestarse el “Principio de Peter”.
De acuerdo a la teoría de sistemas en gestión empresarial las empresas constan de múltiples componentes (estructura), que deben funcionar en armonía para que el sistema más grande funcione de manera óptima. El éxito de la organización, por lo tanto, depende de la sinergia lograda por la interdependencia y las interrelaciones entre los diferentes integrantes de su organigrama.
A pesar del desprecio de la cúpula castro-comunista a los emigrantes denominándolos con diferentes epítetos tales como: gusanos luego convertidos en mariposas, escorias después valoradas como emigrantes económicos, traidores (trae-dólares), etcétera. No obstante gracias a las remesas en dinero y en especie de la diáspora una buena parte de los hogares cubanos se sustentan. El gobierno finca, en parte, la recuperación económica del país en el dinero que envían los insultados emigrantes cubanos, aplicando la formula del “café con leche” al igual que los mexicanos, aprovechándola, además, para el enriquecimiento de la cúpula gobernante.
Para concluir puedo asegurar que la búsqueda de la mejor estructura para alcanzar la eficacia y eficiencia en la economía socialista o castro-comunista, según mi criterio, es similar al esfuerzo de los alquimistas en su búsqueda de la piedra filosofal. Siempre propondrán la estructura equivocada. En economía política todo está escrito en la teoría y la práctica.
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