Foto: Farol en una calle de la Medina de Tánger
Querida Ofelia,
Fue un agradable descubrimiento, el de visitar la bella ciudad marroquí de Tánger por la primera vez.
Félix José Hernández.- Mar Mediterráneo, 2 de octubre de 2023.- Hicimos un recorrido por una ciudad con una rica historia, como atestigua su horizonte salpicado de agujas cristianas y minaretes musulmanes.
Atravesando el estrecho de Gibraltar divisamos el puerto de Tánger, situado en la orilla septentrional de África, en una de las vías de navegación más importantes del mundo. Lo primero que vimos fue las coloridas murallas de la ciudad antigua sobre un fondo de pequeñas colinas. Según nos íbamos acercando, las casas de la Medina y la ciudad nueva emergían por encima del puerto, y la reconocimos: era “Tánger, la blanca”.
Nuestra excursión empezó con un recorrido panorámico a lo largo de la playa de Tánger y de las principales calles de la ciudad moderna.
A continuación, alcanzamos el cabo Espartel, un promontorio situado en el extremo norte del continente africano.
De vuelta al corazón de la ciudad, visitamos la Kasbah, con sus plazas, el amplio espacio circular del Gran Zoco, y el mercado de fruta y verdura. Vimos la fabulosa casa de la Sra. Woolworth, propietaria de la célebre cadena de tiendas.
Había un grupo de hombres, desde el principio, para acompañar a los discapacitados en sillón de ruedas por las estrechas e inclinadas callejuelas de la Medina y la Kasbah.
Nuestra excursión finalizó con una visita a la Medina, donde atravesamos las estrechas callejuelas flanqueadas por tiendas de artesanía para después llegar a la entrada del puerto de la ciudad, desde donde regresamos al barco.
La “perla” del día la ofreció un italiano, el cual hablaba gritando por su teléfono, celular acostado en una tumbona junto a la piscina. Un francés le dijo que hablara más bajo, pues al estar a su lado le molestaba. Siguió una discusión que terminó cuando la señora, que acompañaba al gritón, lo convenció para que apagara el teléfono.
Ya Costa nos había regalado una botella de champagne, hoy encontramos una botella de vino portugués, otra de aceite de oliva siciliano y una caja de te a la menta marroquí.
Esta noche disfrutamos del “Concert en direct Talia Alexis” en el Teatro Hortensia y a continuación “La folie Abba” en el Atrium dei Diamanti.
Tuvimos como de costumbre una excelente cena en el Ristorante Duca d’Orleans: Bolinho de morue avec sauce tartare; paccheri sautés avec sauce aux fruits de mer; empanada gallega au boeuf et au poulet, sauce aux petits pois ; dessert génoise à la vainille, crème pàtissière au rhum, ganache au chocolat noir.
Ya el Costa Favolosa zarpó con destino a Málaga, en España.
Un gran beso desde este lejano mar, tan lejos de nuestra amada Cuba,
marcelo.valdes@wanadoo.fr |