'Cuba está muriendo', sentencia un sacerdote cuyas homilías no le gustan al régimen Diario de Cuba 17 de abril de 2024
El sacerdote cubano Lester Rafael Zayas. PARROQUIA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS/FACEBOOK
El párroco Lester Rafael Zayas habla de sus choques con las autoridades cubanas y de las presiones que recibe para que deje de criticar la situación del país.
El sacerdote cubano Lester Rafael Zayas sentenció que el país está muriendo, en una entrevista telefónica con la cadena británica de televisión BBC, en la que habló del comienzo de sus choques con las autoridades y de las presiones que recibe para que deje de criticar la situación de la Isla.
A finales de marzo, régimen cubano permitió 111 procesiones de Semana Santa y prohibió al menos dos: la de la diócesis de Bayamo-Manzanillo y la de la Parroquia del Sagrado Corazón, ubicada en el habanero barrio del Vedado, de la que es párroco fray Lester Rafael Zayas.
En el caso de su iglesia, la denegación del permiso estuvo relacionado directamente con su persona, según informó un comunicado de la parroquia en marzo.
"Según la información que me dieron mis superiores, se denegó exclusivamente por mí, porque por lo visto en las homilías ofendo o molesto a determinadas personas o estas consideran peligrosas mis homilías", dijo el sacerdote a la cadena británica y, catalogó el veto de "absurdo", "porque las procesiones no son un deseo del párroco.
"A mí personalmente una procesión me dice poco, pero es algo que pide el pueblo", sostuvo. En marzo, en el comunicado de la parroquia, el sacerdote cubano señaló que la prohibición era una violación de la libertad religiosa.
Es probable que la parroquia hubiera recibido el permiso de las autoridades para realizar la procesión, si fray Lester Rafael Zayas se abstuviera de criticar la situación que atraviesa Cuba, pero él considera imposible quedarse callado.
"Podría siempre hablar del cielo y olvidar las cosas terrenales, pero el Evangelio y Jesucristo nos llevan directamente a la Tierra, a entrar en contacto con la gente", dijo el párroco a la BBC.
"Es imposible ser sacerdote en Cuba sin decir lo que está pasando aquí, pero claro, esto trae muchos conflictos", sostuvo el padre Zayas.
A finales de marzo, tras la prohibición de la procesión por parte de las autoridades cubanas, el sacerdote dijo a la agencia Reuters que era "imposible hablar de Jesucristo sin hablar de los niños que hoy van a la escuela sin desayunar".
"Lo que digo en las homilías es que no es posible ver la realidad aquí y aceptar como normal el sufrimiento de la gente", dijo a la cadena televisiva británica.
"Cuba está muriendo", sentenció el párroco y recordó que su misión como sacerdote consiste en s escuchar a sus feligreses y dar respuesta a los "clamores del pueblo".
"Me cuentan que no les alcanza para comer; que sus niños van a la escuela sin apenas desayunar porque no hay pan; que muchos ancianos se han quedado solos y viven en la desesperanza por la catástrofe migratoria; que la gente no tiene futuro y todos están esperando un visado para irse del país; que los enfermos no tienen medicamentos, aunque, según el discurso oficial, somos una potencia médica; que cada vez hay más hombres y mujeres viviendo en la calle", enumeró.
El sacerdote añadió que "responder a estos clamores del pueblo supone buscarte problemas, dificultades, porque sabes que cuando alzas la voz a favor de la gente vas a tener allí una pared infranqueable que va a intentar acallarte por varios medios".
Sobre el inicio de sus desencuentros con las autoridades, dijo que durante mucho tiempo la relación fue cordial. Aunque Zayas fue uno de los sacerdotes que se puso del lado del pueblo cubano durante las protestas del 11J, su primer choque con el Gobierno se produjo antes de la pandemia de Covid-19, cuando criticó los actos de repudio que suelen realizar los partidarios del régimen —siguiendo las órdenes de este— contra disidentes.
"Di mi valoración absolutamente negativa sobre esos actos, que pertenecen a las páginas más negras de la historia nacional y son terriblemente violentos, de odio, comparables a lo que sucedía en la Alemania nazi. Mi comentario molestó muchísimo", contó.
Desde entonces, recibe presiones a través de sus superiores, "a los que les piden que me manden callar o que me regañen, o incluso en algún momento sugiriéndoles que me saquen del país", contó.
"También intimidan a mis superiores acerca de los peligros que yo puedo correr, aunque yo sé que no corro ninguno porque soy consciente de las leyes de mi país y sé hasta donde se puede llegar para no ir contra ninguna de las leyes ni de la Constitución", afirmó el párroco.
Las palabras de fray Lester Rafael Zayas no significan que no teme a las represalias que podría sufrir del régimen cubano. Sin embargo, hay algo que le produce aún más temor.
"Aunque temo a las represalias, me da aún más miedo el no ser fiel a mi pueblo", dijo a la BBC.
Sobre la posibilidad de que sus homilías crucen las "líneas rojas" trazadas por el régimen de Cuba, el sacerdote señaló que "la gran línea roja es lo que ellos llaman incitar a la gente a salir a las calles, lo cual no es ni de lejos mi misión. Es un derecho del pueblo y este decide por sí mismo".
"Otra línea roja es ofender a los líderes de la revolución, lo cual también me queda lejos", aclaró.
"Tampoco es mi misión ofender a nadie. Mis homilías no van dirigidas al Gobierno, yo no hablo para el Gobierno ni contra determinadas personas, sino para mis feligreses", dijo.
Sobre la protección que le brinda el hecho de ser sacerdote de la iglesia católica le brinda cierta protección, el párroco afirmó que siempre se ha sentido apoyado dentro de la institución.
"Lo que sí me han dicho muchas veces es que me cuide, que están conmigo, que están pendientes", aseguró.
|