En caída libre la producción de alimentos en Cuba, muestran las cifras oficiales Por José Luis Reyes Diario de Cuba 8 de mayo de 2024
Libretas de racionamiento en Cuba. DIARIO DE CUBA
De los 23 rubros alimenticios analizados por la estatal ONEI, ninguno mostró crecimiento en 2023 con respecto al periodo previo.
La producción de alimentos en Cuba sufrió una caída abrupta en 2023, con destaque negativo para rubros como el arroz, el pan, el café, los aceites vegetales refinados, los lácteos y las pastas alimenticias, según indicaron las cifras oficiales de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
De acuerdo con su informe anual "Industria Manufacturera en Cuba. Indicadores seleccionados 2023", el año pasado la producción nacional de arroz elaborado y semielaborado fue de apenas 27.900 toneladas. Si se compara con las 272.800 que se produjeron en 2018, que en 2022 fueron apenas 39.600, el desplome en media década es de un 90%.
En cuanto al pan, cuya producción está en crisis desde hace varios años, y que tocó fondo en los pasados meses, cuando llegó a faltar incluso el que se vende por la libreta de racionamiento, se produjeron 326.300 toneladas. En 2018, fueron 493.700, y 408.200 en 2022.
De los 23 rubros alimenticios seleccionados por la ONEI en su informe, ninguno mostró crecimiento en 2023 con respecto al periodo previo: los aceites vegetales refinados cayeron de 10.700 toneladas en 2022 a 4.300 en 2023; el café tostado y envasado, de 16.600 toneladas a 10.200; la carne de cerdo en bandas, de 15.100 toneladas a 13.300; la carne deshuesada de res, de 26.000 toneladas a 18.100; el yogurt, de 103.000 toneladas a 50.200.
Resalta en la selección la caída abrupta de productos de exportación tradicionales de Cuba: la cola de langosta bajó de 401.500 toneladas en 2023 a 257.000 en 2024, y la langosta entera precocinada y congelada, de 802.900 toneladas a 325.100.
Fuera de lo anterior, la producción de bebidas alcohólicas experimentó un crecimiento (de 774.700 hectolitros en 2023 a 990.400 en 2024), al igual que la cerveza (de 816.000 hectolitros a 1.245.700). Ambos quedan, no obstante, muy por debajo de las cifras de 2018, cuando el total de producción de bebidas alcohólicas fue de 1.291.100 hectolitros, y la de cerveza de 2.646.800.
Un elemento del informe de la ONEI llama la atención: frente a la crisis energética que vivió Cuba en 2023, las autoridades decidieron no publicar las cifras de productos derivados del petróleo, que en los últimos años han ido a la baja, con la excepción del fuel oil y la gasolina de motor, que crecieron algo entre 2021 y 2022.
También la producción de materiales de construcción sufrió un declive en 2023, en una lista que incluye a los bloques de hormigón, la cal, el cemento gris, los mosaicos y el prefabricado.
La caída general de la producción industrial no se puede achacar a la reducción de la fuerza laboral, que según la ONEI, se elevó ligeramente en el período de estudio.
Estos resultados, que dan una idea parcial de la crisis económica cubana, acentuada por los sucesivos programas de ajuste aplicados por La Habana (la Tarea ordenamiento en 2021, el paquetazo económico de 2024), contrastan con el incremento de las importaciones de alimentos y toda clase de productos elaborados desde EEUU. La mayoría de esas manufacturas van a parar a las MIPYMES, que las venden a precios inasumibles para la mayoría de los cubanos.
Asimismo, la caída de las producciones básicas para la alimentación en la Isla choca también con las inversiones en ascenso en la construcción de hoteles e infraestructuras para el turismo en Cuba. En su informe sobre las inversiones estatales entre enero y diciembre últimos en Cuba, la ONEI reportó 23.744,8 millones de pesos destinados a los denominados servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler.
Lo anterior, sumado a lo invertido en hoteles y restaurantes (otra categoría que tributa al negocio turístico), que fue 8.626,4 millones (casi el triple que los 3.226,5 de 2022), supone que entre ambas acapararon un tercio del total de los 96.622 millones de pesos destinado a los principales sectores que contiene el resumen de la ONEI, por encima de los 71.069 millones de 2022.
Pese a la crisis alimentaria que viven los cubanos, el incremento de la inversión en agricultura, ganadería, caza y silvicultura (2.966,7 millones, frente a los 1.855 del año previo) no tuvo el mismo peso que la suma del negocio turístico. Ello, mientras la llegada de veraneantes sigue por debajo de las cifras de 2019.
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