Robo de medicamentos, cobro de servicios y operaciones privadas: la realidad de la Salud Pública cubana Por Laura Sarmiento Pérez Diario de Cuba 19 de agosto de 2024
Cola en una farmacia de Santiago de Cuba. Diario de Cuba
El Gobierno lo sabe, pero la implosión del sistema sanitario hace que sus exhortaciones a combatir las ilegalidades encuentren oídos sordos.
La búsqueda en el mercado informal de medicamentos "desaparecidos" de las farmacias estatales, el pago por atención médica y por prácticas —incluidas operaciones— que se realizan en las instalaciones hospitalarias públicas se han convertido ya en parte del día a día de los cubanos.
La nueva Ley de Salud Pública cubana, de 2023, enumera "entre los derechos de los usuarios, acceder de forma gratuita a los servicios de atención, protección y recuperación; así como a los medicamentos y productos o insumos sanitarios necesarios para promover, conservar o restablecer la salud, mediante las regulaciones establecidas al respecto". Pero la implosión del sistema sanitario ha obligado a la población a pagar servicios supuestamente gratuitos para resolver sus urgencias médicas.
Como todo el país, el Gobierno lo sabe. El 17 de julio, en la Asamblea Nacional de Poder Popular, y tras escuchar el informe del ministro del sector, José Ángel Portal Miranda, los diputados coincidieron en que en "la prevención y el enfrentamiento al delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales en el sector de la Salud Pública cubana, resulta imprescindible la responsabilidad colectiva en el control a los servicios y recursos".
La crisis de la Salud Pública se refleja en las largas listas de espera para una cirugía o una extracción molar, por la escasez de insumos médicos y estado de las instalaciones hospitalarias. La desesperación de los afectados y la incapacidad del Gobierno para darles respuesta los lleva a buscar soluciones "alternativas".
"Entre las especialidades más afectadas está la Estomatología. En las clínicas no hay nada, y cuando entra algo tratamos de resolver a familiares y amigos", dijo una asistente de una clínica dental que pidió permanecer en el anonimato. "Los pacientes vienen con la anestesia, la amalgama y le hacemos el trabajo de extraerles la muela o empastarla, según sea el caso. Los protesistas son los más afectados, los materiales son caros y casi no llega nada", explicó.
La existencia de prácticas privadas ilegales fue reconocida por el ministro Portal en su intervención ante la Asamblea Nacional. Se refirió a ellas como "un asunto que no solo va contra la más elemental ética y principios del sistema nacional de salud, sino que afecta la calidad y transparencia en la atención".
Katia, dependiente de una MIPYME, y su madre Alina son clientes de un dentista privado en Santiago de Cuba. "Me hice unos implantes dentales de muy buena calidad", contó Alina. "Empecé por la parte de arriba. Son fijos, nada de prótesis móviles, me costaron 4.000 pesos. Ahora tengo que reunir para hacerme la parte inferior; los precios son altos, pero las clínicas estatales no tienen material, ni hacen trabajos de esta calidad".
Según Alina, el doctor que la atiende es un joven emprendedor que renunció a su puesto en el sistema de salud gubernamental. "Puedes escoger que el color de los dientes sea el más parecido al tuyo. Llevé a mi hija y se extrajo un cordal, le costó 1.500 pesos. Cuando cobre, se saca el otro". Explicó que el doctor compra en La Habana materiales traídos desde Estados Unidos.
La compra y venta de insumos y medicamentos en Cuba es una práctica común en las redes sociales, donde se puede encontrar todo tipo de fármacos, anestésicos, suturas, sillas de ruedas, entre otros artículos. Detrás de la oferta está en la autorización a "la importación de medicamentos sin carácter comercial, sin límites en su valor y exenta del pago del impuesto aduanero de alimentos, aseo, medicamentos e insumos médicos", vigente hasta septiembre 2024.
Cirugías ilegales en hospitales estatales
"Debemos ser más eficientes en el manejo de listas de espera, la discusión de cada paciente pendiente a tratamiento quirúrgico, la planificación de actividades y el análisis diario de la urgencia. Asimismo, fortalecer el comité farmacoterapéutico, el control de firmas autorizadas y la relación con la farmacia externa para reducir hechos asociados a actividad delictiva", dijo Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera de Salud Pública, en la Asamblea Nacional.
Para Dania, contadora de un restaurante, "resolver" las cirugías de dos hernias inguinales de su esposo Rey fue una batalla contra el tiempo. "Llevaba en la lista para operarse más de un año. En cada consulta, un pretexto: que el Covid, que la reparación del salón de cirugía, que solo estaban operando por urgencia… y la hernia creciendo. Ya el bulto se le veía sobre el pantalón. Finalmente, nos recomendaron a un doctor del Hospital Militar; entró por urgencia en la noche y le operó. Le dimos 4.000 pesos".
El doctor les dijo que le operaría la segunda hernia cuando sanara la cicatriz de la primera, en un tiempo de dos a tres meses. "De eso hace más de un año, ya la segunda hernia está casi del tamaño de la primera y le bajo a los testículos. No ha podido operarse porque el doctor se fue de misión y se quedó. Ahora estamos buscando un nuevo cirujano por la misma vía: entrar por urgencias y pagar. No se puede esperar a que se le estrangule, que es la urgencia de estos casos", explicó.
A tenor de los estrictos controles anunciados por el ministro Portal, se ha endurecido la vigilancia en la prestación de servicios. "Ahora los doctores tienen más miedo a hacer una operación por urgencias, pero se hacen. Es una lástima que no puedan montar un salón de cirugía particular", dijo José, quien trabaja como técnico de la salud.
Para su cirugía, José lo llevó todo. "Cada vez que iba a la consulta me decían que faltaba algo. Compré las suturas, bisturíes, solución salina, algodón... Yo trabajo en Salud Pública y lo compré todo en la calle. Me gasté como 5.000 pesos. Me ingresaron por urgencia en el Clínico y me operé. Eso sí, no pagué nada", añadió.
El ministro Portal lamentó que "cuando se consuma el cobro de algún procedimiento en una unidad asistencial, constituye un fracaso para la Salud Pública, cuyo carácter gratuito, universal y humanista es una de las mayores conquistas del modelo cubano".
"Nosotros nunca sancionaríamos a un profesional por no disponer de recursos para desempeñar su labor, con lo que sí vamos a ser intransigentes es con la irresponsabilidad y la insensibilidad que pueda existir en el actuar de nuestros trabajadores", aseguró el funcionario durante una visita a Santiago de Cuba en enero de este año. "Nada lo justifica ni se lo merecen el pueblo de Cuba ni el pueblo santiaguero", dijo.
Sin embargo, la intransigencia prometida por el ministro no tiene contraparte en más recursos para la Salud Pública, mientras los cubanos ven al Gobierno continuar las inversiones en sectores como la construcción de hoteles, pese a la caída de las cifras de visitantes.
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