Querida Ofelia,
Félix José Hernández.- París, 3 de septiembre de 2024.- Al fin leí «1984» de Georges Orwell, célebre libro, el último de la lista que tenía preparada para cuando dispusiera del tiempo necesario al llegar a mi retiro. Así leí: La Biblia (Nuevo y Antiguo Testamento), El Corán, los cuatro libros de Confucio, El Capital de Karl Marx, El Libro Rojo de Mao, El Libro Verde de Gadafi, La Religiosa de Diderot, Justine de Sade, La Divina Comedia (los tres tomos), Mi Lucha de Hitler, El Príncipe de Maquiavelo y un largo etcétera.
Ahora voy a comenzar a leer de nuevo aquellos libros de la gran Literatura Hispanoamericana que me recomendaba mi profesora de Literatura, la brillante Dra. Dopico en el Instituto José Martí de La Habana. Hace una semana terminé de leer “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda.
Pero regresemos a «1984», leyendo el cual me parecía haber ya vivido en Cuba algunas de las experiencias por las que Winston pasó.
Ya no se hace necesario presentar “1984” de George Orwell. Este libro publicado en 1949, año de mi nacimiento, en un pequeño pueblo cubano, perdido en un bello valle tropical, se ha convertido en una leyenda, un mito que va más allá de la simple literatura.
Se sigue la historia de Winston Smith en una Londres situada en el universo destópico de Oceanía. Un mundo de control permanente, donde el idioma mismo es el lugar del condicionamiento. Cambiar el idioma, elegir nuevas palabras para cambiar las mentalidades, la famosa “novlangue” hace eco de algunos rasgos de nuestra época...
La casa editora Jean de Bonnot ha elegido editar este gran texto en un hermoso libro. Excepcionalmente, se publica una traducción original de Hubert Darbon. Viene acompañada por 10 dibujos a lápiz de Johrice.
Este volumen de 592 páginas en formato in-octavo (14 x 21 cm) está encuadernado en cuero y oro dorado titulado 22 quilates. El texto está impreso en Touraine sobre papel Rives Vergé. El libro fue encuadernado en la región parisina. La obra cuenta con 20 ilustraciones e iniciales diseñadas específicamente para esta edición.
Te deseo lo mejor que la vida pueda ofrecer,
marcelo.valdes@wanadoo.fr |