“El progreso, la justicia y la seguridad, si bien son bienes políticos, lejos son de ser propiedad de un partido.Usualmente son los partidos demagogos quienes demandan su autoría.” Jorge González Moore
CONSIGNAS
Roberto L. Capote Castillo.- Estudié parte de la enseñanza primaria en un colegio privado (hasta el cuarto grado), todos los días el director presidía reuniones en el patio para honrar los símbolos patrios, después platicaba sobre el desempeño de la academia y, además, por diferentes medios, nos inculcaba valores ciudadanos que siempre recalcaba harían grande a nuestra patria. Fundamentalmente se basaba en anécdotas sobre José Martí y otros próceres de la independencia que aun después de ser adulto recuerdo. Esto no lo considero un adoctrinamiento porque no era proselitismo hacia ningún partido político ni tendencia ideológica.
Culminé mi enseñanza primaria en escuela pública, con maestros de antes del año 1959, y los matutinos no eran politizados, sino que se honraban los símbolos patrios y el director hablaba sobre el desempeño del colegio, así como la conmemoración de fechas de la historia de Cuba que no incluían, generalmente, las de la gesta revolucionaria. Tuve el honor de no ser pionero porque en mi estancia en dicho colegio no se constituyó esa organización comunista, pero mis hijas lo fueron siendo obligadas, a decir cada mañana: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”.
Todas emigraron, de poco sirvieron tantas consignas. La cifra de emigrados, cada día aumenta, demostrando, con creces, la inutilidad del adoctrinamiento. Siendo niño un día observo en la puerta de mi casa una placa con la consigna: “Esta es tu casa, Fidel.”, le pedí a mi difunta madre que me explicara su significado y ella me dijo: “eso lo puso el CDR (Comité de Defensa de la Revolución), pero tampoco sé a ciencia cierta su significado”. Actualmente comprendo que además de ser dueño de la casa lo era también de sus residentes.
( Foto publicada en el Babalu Blog )
Después que el “estúpido en jefe” hizo público el carácter socialista de su “Rovolución”, los medios de propaganda difundían una canción que decía: “somos socialistas pa’lante y pa’lante y al que no le guste que tome purgante”. A una parte de la población no “le gustó” por los atropellos, latrocinios, estupideces, miseria, etcétera, del socialismo y entonces “emigró” y la emigración ha continuado incrementándose a la par de las consignas.
Al comenzar la enseñanza secundaria sufrí un shock porque la directora era una “ñángara” de pura cepa. La susodicha dirigente daba unas peroratas matinales que ningún alumno prestaba atención, pero siempre finalizaba con el lema: “Patria o Muerte, Venceremos”, que todos estábamos obligados a repetir, como ella nos conminaba. La mayoría de los alumnos de aquella época nos graduamos de carreras universitarias, pero también casi todos, emigramos y formamos parte de la diáspora cubana en diferentes países. Nuestra nueva consigna, que tanto molesta a los comunistas, es: “Patria y Vida” que tiene un sentido humano y patriótico.
El listado de las consignas comunistas para adoctrinar a los cubanos es amplio pues en cada uno de los extensos y aburridos discursos del “estúpido en jefe”, así como en sus alocadas campañas añadía otras nuevas y sus secuaces emulaban en inventar lemas para mostrar su sumisión al sistema y a su gran líder. Expongo algunas por su trascendencia e inutilidad:
- ¡Hasta la victoria siempre!
Consigna atribuida al Che Guevara otro “estúpido comandante”, traicionado por Fidel Castro. Los cubanos aún esperan alguna victoria pues en ninguna de las facetas de su existencia se ha logrado éxito, el eslogan cumplido es: ¡Hasta el fracaso siempre!
- ¡En cada cuadra un Comité, en cada barrio Revolución…!
Dedicada a los execrables Comités de Defensa de la Revolución (CDR), los que serán recordados como una bochornosa página de nuestra historia. Esta organización tiene la “virtud” de reunir las personas más envidiosas, chivatas, malintencionadas y un etcétera de las peores cualidades de un ser humano. En mi infancia se decía: “¿Quién es tu hermano? Tu vecino más cercano”. Ahora, según mi experiencia, digo: “¿Quién tu vecino más peligroso? El más envidioso”.
- ¡De que van, van!
A pesar de que el ministro y los principales especialistas del ministerio del azúcar desaconsejaron esa inalcanzable meta de los diez millones de toneladas en una zafra, el “estúpido en jefe” los defenestró a todos y en su lugar designó a los incompetentes que ratificaron el fracaso. Esta consigna es recordada por la ruina de la economía del país y no por su fracasado récord productivo.
- ¡Pin pon fuera, abajo la gusanera!
Fue motivada por el gran shock del castro-comunismo en el año 1980, pues creyendo que la gran mayoría del pueblo apoyaba a la “Rovolución”, en unas horas, diez mil cubanos aproximadamente, se refugiaron en la embajada del Perú. Esto dio inicio a una emigración de más de 120 mil personas en los siguientes meses por el puerto del Mariel. Fue uno de los mayores traumas nacional e internacional para Fidel Castro. Dio inicio a los abyectos “actos de repudio” para vergüenza de los participantes, que posteriormente también han ido emigrando.
- ¡Ahora sí vamos a construir el socialismo!
En 1987 fue enunciada esta consigna en un discurso del “estúpido en jefe”, como respuesta a los cambios en la comunidad socialista. La "Perestroika" en la URSS ponía al descubierto las imperfecciones, desatinos y atrocidades del "socialismo real". El Segundo Mundo empezaba a tambalearse. Los cubanos se preguntaron: ¿Qué estábamos construyendo? Considero que comenzó la peor fase del empobrecimiento del país.
Las consignas coyunturales se divulgaban mediante letreros, carteles, periódicos, emisoras de radio, televisión, cines, etcétera. Era una conjura doctrinaria que abarcaba toda Cuba. En el más lejano territorio cubano podían faltar los alimentos, la electricidad, el agua, etcétera, pero siempre existirá el adecuado medio para divulgar las consignas ya sean pancartas u otro.
IDEOLOGÍA.
Esta palabra fue acuñada por el político aristócrata y filósofo Antoine Destutt de Tracy, oriundo de Francia, quien acuñó el término «ideología» en 1801, en el periodo de la Revolución francesa, con el significado de ciencia de las ideas, tomando ideas en el sentido amplio de estados de conciencia. Sobre este tema existe abundante bibliografía de reconocidos filósofos y sociólogos.
Los revolucionarios que combatieron contra la dictadura de Batista, en las ciudades y las montañas, diferían en sus ideologías, su visión era restablecer la democracia y la Constitución del 1940 una vez alcanzado el triunfo. Es mi criterio que el movimiento 26 de julio (M-26-7) carecía de una ideología definida, pues sus miembros procedían de diferentes clases sociales y partidos políticos. Fidel Castro se auto titulaba martiano y decía que José Martí era el ideólogo (“autor intelectual”) de la Revolución Cubana. Para mí es difícil definir la ideología del apóstol de la independencia de Cuba, algunos historiadores lo reconocen como nacionalista y antimperialista.
Posterior al año 1959 comenzó la defenestración, por el líder triunfante, de los combatientes inconformes al rumbo que estaba tomando la Revolución. Esta purga incluyó al nuevo presidente, varios comandantes del ejército rebelde y miembros de las diferentes organizaciones revolucionarias como el Directorio Revolucionario, el Movimiento 26 de julio, las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas). Un hecho connotado fue “el caso de la microfacción”.
Soy del criterio que Fidel Castro carecía de ideología, intentaba por su megalomanía, crear una doctrina castrista-antimperialista manipulando lo escrito y dicho por Martí. Se autodefinió como nacionalista promulgando que su revolución era “más verde que las palmas”, para rechazar las acusaciones de que era comunista. Las acciones del gobierno desde el año 1959 mostraban una clara tendencia izquierdista.
A partir del diferendo con Estados Unidos, Cuba comenzó su acercamiento a la URSS, no obstante, el líder megalómano aspiraba a realizar, soberanamente, acciones para propagar su Revolución esparciendo “guerrillas revolucionarias” (terroristas) en Latinoamérica y otras partes del mundo, lo cual no era bien visto por los soviéticos. El fiasco de este propósito en los años 60 sumado a su fracasada zafra de los “diez millones”, lo obligó a postrarse ante los jerarcas de la URSS e integrar a Cuba a la denominada “Comunidad Socialista”. El pueblo cubano debía profesar el marxismo-leninismo y se incrementó el adoctrinamiento mediante nuevas consignas.
MISERIA.
En la década de los años cincuenta, los indicadores económicos apuntaban a una economía moderna en pleno desarrollo. El per cápita del PIB de los cubanos era similar al de España e Italia. También se destacaba en otros indicadores que situaban a Cuba en los primeros lugares en Latinoamérica. No obstante, este progreso, la economía tenía problemas estructurales, verbigracia, sus principales exportaciones eran de productos primarios como el azúcar, café, tabaco, así como la corrupción era extensiva y la distribución de la riqueza se polarizaba en extremo. La industrialización no avanzaba acorde a las potencialidades del país en otros sectores económicos. Era crítica la dependencia de un solo país (USA), para las exportaciones e importaciones; existía un considerable desempleo y subempleo; y eran notorias las desigualdades del campo y la ciudad.
Fidel Castro presumía de su programa de gobierno expuesto en el documento “La historia me absolverá”, pero en el mismo solamente hacía mención a la solución de problemas, lo cual no es sinónimo de desarrollo. Apagar un fuego no resuelve nada. Los años posteriores al año 1959 se dedicaron a desechar la economía capitalista eliminando la propiedad privada hasta que en el año 1968 la “Ofensiva Revolucionaria” no dejó ni un limpiabotas por cuenta propia. Los nuevos gobernantes, que eran neófitos en economía, proclamaban que se proponían industrializar el país para abandonar la dependencia del azúcar, pero al aumentar el diferendo con los EEUU se intensificaban las relaciones con la URSS, potencia comunista y militar pero no económica.
La incorporación de Cuba al CAME no propició el desarrollo y la diversificación de la economía pues este organismo dispuso una división internacional del trabajo en la que Cuba mantenía su estructura económica dependiente de productos primarios y la obligaba a importar productos y servicios de baja calidad de la comunidad socialista. Las inversiones realizadas por la susodicha organización poseían tecnología atrasada e ineficiente comparada con sus pares capitalistas. Actualmente el país está descapitalizado, en parte, por esta causa.
Para el “estúpido en jefe” nunca fue importante el problema de la vivienda, aunque prometió resolverlo en su programa “La historia me absolverá”. Todo el dinero recibido por el subsidio comunista lo gastó en la exportación de su “Rovolución” y la inútil subvención de los partidos comunistas. Además, abandonó el mantenimiento y reparación de toda la infraestructura urbanística del país. Posterior al derrumbe de la comunidad socialista, se terminaron los subsidios y comenzó a incrementarse la miseria. Dolorosamente este proceso avanzó con “prisas y sin pausas”, al punto en que actualmente se calcula que aproximadamente el 90% de las familias cubanas viven en extrema pobreza.
Las capitales de provincias, así como las ciudades más importantes, antes del año 1959, deslumbraban por su desarrollo arquitectónico y comercial mostrando una población alegre, emprendedora, laboriosa y generosa. Actualmente evidencian destrucción y el abandono de las edificaciones con peligro de derrumbes, frecuentes y desgraciadamente con pérdidas humanas. Ha desaparecido la alegría de los cubanos, el mejor emprendimiento es emigrar del país, nadie desea trabajar por salarios miserables y la generosidad se transformó en envidia, así como germinaron otros antivalores por el adoctrinamiento castro-comunista. La nueva cúpula castrista proclama que el país tiene una “economía de guerra”, pero deben añadir que también las ciudades están destruidas y el pueblo en la miseria por la “guerra del comunismo” en contra de sus proletarios.
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