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Biscet, el Cambio y la Resistencia. Por Orlando Gutiérrez-Boronat.

Biscet, el Cambio y la Resistencia. Por Orlando Gutiérrez-Boronat.



Biscet, el Cambio y la Resistencia.
Por Orlando Gutiérrez-Boronat.

Diario Las Americas- 04-27-2011- El domingo 1 de mayo, de 3 pm a 4 pm, el Canal 41 de Miami, América Teve, transmitirá el programa de televisión “Todos Somos Resistencia”, producido por la Asamblea de la Resistencia Cubana, que agrupa a más de 50 organizaciones dentro y fuera de Cuba que apoyan la Campaña de la No Cooperación iniciada dentro de la Isla como reacción espontánea de la ciudadanía ante la represión.

Este programa consiste en una presentación articulada, con videos provenientes de Cuba, sobre la lucha de resistencia civil que toma lugar en estos momentos dentro de la Isla por parte de una valiente vanguardia ciudadana. Estas poderosas muestras gráficas de las protestas que grupos de ciudadanos organizan por las calles de toda la Isla, a pesar de la represión, la persecución y las agresiones de la dictadura comunista, se intercala con videos que narran de forma contundente la historia de la resistencia cubana y de un exilio que a pesar de haber transcurrido medio siglo, no ha dejado caer la bandera de la libertad de la patria.

Artistas de profunda raíz cubana, como Willy Chirino, Lissette, Donato Poveda, Luisa Maria Guell y otros, animan el programa. Líderes cívicos como Lincoln Díaz-Balart y Silvia Iriondo, ex presos políticos plantados como Angel D’Fana y Rodolfo Rodríguez San Román, así como una nueva generación de talentosos muchachos nacidos fuera de Cuba pero comprometidos con su libertad, le dan una clara orientación patriótica al mismo.

¿Cuál es el objetivo del programa? Procurar apoyo material, donaciones de dinero, por parte del exilio cubano para esa Resistencia que lucha dentro de Cuba. El programa tiene también el objetivo de hacer conciencia en todos los cubanos amantes de la libertad de que el cambio democrático en la patria provendrá de una sola fuente: la acción del pueblo. Una acción mancomunada de resistencia civilista, que para ser efectiva necesita de la participación y el respaldo de los cubanos dentro y fuera de la Isla que desean una transformación pacífica hacia la democracia y que constituyen la vasta mayoría de la población. Pero semejante acción ciudadana, como las que vimos derrumbar al comunismo pacíficamente en Europa del Este y como las que están barriendo con dictaduras férreas en el Medio Oriente en estos momentos, solo es posible si los cubanos pasamos del deseo del cambio al ejercicio de la voluntad de lucha por el cambio. Más que un programa de televisión, “Todos Somos Resistencia” es una decisión de lucha.

Paso a paso la Campaña de la No Cooperación ha ido transitando hacia ese objetivo. Sus resultados son tangibles y medibles. Entre ellos: más de un millón de cubanos han boicoteado las “votaciones” para las falsas instituciones del Poder Popular, las organizaciones del exilio participantes en la Campaña concertaron en la creación de la Asamblea de la Resistencia Cubana, que ha logrado importantes avances diplomáticos internacionales para la causa y sobre todo, el hecho de que dentro de la Isla, las organizaciones más activas en la lucha civilista han logrado unirse en coaliciones regionales y dar paso a la creación del Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil.

Todo esto es importante, pero hay que avanzar mucho más. Porque una lucha de resistencia civilista tiene que tener como componente la unidad y el liderazgo de las agrupaciones democráticas, pero también tiene que ir más allá de esto, tiene que movilizar, tiene que insertarse, dentro del movimiento telúrico de una sociedad que decide luchar por su libertad partiendo de su mismo núcleo familiar. Los movimientos civilistas son exitosos no porque movilizan a las masas, si no porque activan a la ciudadanía y esta, a la vez, echa a andar las agrupaciones naturales de la sociedad, partiendo desde la misma familia, esto conduce a la expresión del pueblo: unido, firme, agrupado en su razón de ser, decidido a que triunfe el bien. Es decir, el movimiento civilista se manifiesta cuando el pueblo trabajador, el que valora la vida, el que lucha por crear y crecer, echa a andar con sus hijos, sus padres, sus esposas, madres y hermanas, con la firme convicción de no matar ni herir a nadie, pero a la vez de enfrentar hasta la última consecuencia antes de seguir aceptando un presente sin dignidad. Esto, y solo esto, es capaz de paralizar y quebrar la capacidad represiva de la dictadura.

Hemos visto muestras de esta posibilidad, de este potencial de lucha del pueblo cubano, en tiempos recientes y en momentos claves: el levantamiento popular del 5 de agosto de 1994, o las marchas de las Damas de Blanco. Esto se ha dado aun bajo la represión severa que se padece en Cuba. Son muestras alentadoras. Como lo es también, tal y como señalan Alberto Muller y Pedro Roig, que mientras Raúl Castro se queja de la falta de relevo en las filas del comunismo, la resistencia civil abunda de un nuevo liderazgo firmemente entregado al esfuerzo democratizador.

Una de las mejores muestras de este liderazgo es el Dr. Oscar Elías Biscet. Su integridad, su liderazgo, su decencia y visión, su capacidad de lucha y sufrimiento, sus profundas convicciones morales, todo esto lo sitúa con toda razón, entre los más reconocidos y admirados líderes de la democracia cubana. Nominado para el Premio Nobel por otro gran demócrata, el primer ministro húngaro Victor Orban.

Siendo un hombre que ha reflexionado profundamente sobre la naturaleza de la lucha cívica no violenta, el Dr. Biscet le ha hecho un llamado al pueblo cubano precisamente para que se organice desde el núcleo familiar para la batalla cívica por sus reivindicaciones sociales. El Dr. Biscet también ha hecho declaraciones de carácter más político que meramente civilista. Entre ellas, le manifestó a “Diario de Cuba”: “Deseo un tránsito pacífico hacia la libertad y la democracia en mi país. Si este se hace desde el poder, sería menos traumático, como en España, 1975; Chile, 1989; Sudáfrica racista, 1990”. De este tránsito pacífico el Dr. Biscet añade, con probado razonamiento moral, excluiría a los Hermanos Castro y a su séquito.

Pienso que el Dr. Biscet está llevando a la política los principios de la lucha cívica no violenta, utilizando su enorme prestigio y reconocimiento internacional para poner a la dictadura a la defensiva con sus emplazamientos, que además, están llenos de la racionalidad y amor por su pueblo que lo caracterizan. Sin embargo, es importante señalar que al menos en el caso de Chile y de Sudáfrica, dos que conozco mejor, no fueron, aunque así parezcan, cambios meramente “desde el poder”. Por el contrario, estos cambios se hicieron posibles (y en esto también incluyo el caso de la transición española) porque un liderazgo democrático interno: la alianza de partidos políticos de oposición en Chile y Mandela en Africa del Sur, lograron plasmar realísticamente la opción democrática para sus respectivos países y esto a la vez generó una poderosa movilización internacional a su favor.

Hubo también, en el caso específico de Africa del Sur y de Chile, intensas campañas de resistencia social por parte de la oposición en estos países que debilitó el control gubernamental sobre la población y convirtió a la transición en un hecho irreversible para los factores de poder. Los “Días de Protesta en Chile” en 1983 y las protestas cívicas que se dieron en el país a través de los 90, fueron una contribución clave a la recuperación de la democracia y el estado de derecho en ese país.

Asimismo, en el caso de Africa del Sur, los mismos generales blancos sudafricanos confiesan en el libro “Days of the Generals” escrito por el conocido periodista Hilton Hammond, que fue cuando el Congreso Nacional Africano cambió de una estrategia de promoción de focos guerrilleros promovida por los asesores castristas a una de organización y resistencia social en los guettos y “townships” negros, que ellos sintieron que habían perdido el control de la población a tal nivel que el reconocimiento de Mandela y una transición pactada se convirtieron en opciones que ellos estaban dispuestos a contemplar y recomendar al mando civil. “El concepto total de de desobediencia civil, en los sindicatos, en el sistema educacional, en las cortes, fue lo que movió al gobierno y obligó a F.W. de Klerk a acelerar el paso”, declara en el libro el General Chris Thirion, segundo jefe de la inteligencia para el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Sudafricanas.

Entonces, el empeño de “Todos Somos Resistencia”, se plasma como una realista concepción del cambio en Cuba que se manifiesta desde diferentes posibilidades e iniciativas de lucha pero que necesita de un mismo fundamento: la organización y la acción del pueblo cubano. Hay que ayudarlos a todos: a Biscet, al Frente Nacional de Resistencia Cívica, a Sara Marta y las Damas de Blanco, a Félix Navarro y a los sindicalistas independientes, pero también tenemos que movilizar a nuestros familiares y vecinos para lograr una unidad férrea de resistencia en todos los cubanos. Esta es la opción real para la democracia. Sintoniza el Canal 41 domingo 1 de mayo de 3 a 4 pm: hay que sumarse a la Resistencia.

Diario Las Américas

 

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