Sandro Castro, el bufón de una corte corrompida. Por Eloy A González.

Eloy A González.- 6 de julio de 2025.- Sandro Castro, el nieto del innombrable en Jefe, está bajo ataque y no es para menos. Apostó por reírse de la Revolución de los tira-tiros de la Sierra y es, como muchos, “el hijo de Papa”. Este, el nieto, se alimenta de la nueva existencia de los ricos habaneros, quienes se han transformado en capitalistas de nuevo estilo en la Cuba desvencijada. Lo cuestionan por hacer mofa y vivir una forma de vida que siempre han adoptado los "hijos de Papa", o los herederos de los líderes, debido a que, "el que tiene padrino se bautiza".
Solo que Sandro Castro asume el sarcasmo, la ironía in extremis, el choteo tan cubano y el desparpajo. Es el típico jodedor cubano, siempre “corriendo máquina”, trajinando a quién sabe y actuando ahora usando las redes sociales. No ataca, no cuestiona, no critica; solo vive como lo que es, un espécimen del “old money” de lo que viene siendo una Revolución que está en el poder desde hace 67 años. Esto que realiza es similar a lo que han hecho los líderes de la revolución, sus hijos y actualmente sus nietos, aunque sin ningún desparpajo, relajación o polémica en las redes. Porque como siempre le escuché en Cuba a los comunistas: “el relajo con orden”, sin tocar “la gaveta que tiene cucaracha” y sobre todo “jugar con la cadena pero no con el mono”. Solo que a veces se le va un gazapo como ese de decir: “¿Cómo se le llama a un apagón después deotro? ”Continuidad.
Le han caído en pandilla…, a ver cómo sale de esta.
El primer disparo vino de un conocido periodista —por supuesto, pro oficialista— nombrado Ernesto Limia que, desde su cuenta de Facebook, escribe un artículo con el título de: “Te lo prometió Martí…” contra el nieto del innombrable, Sandro Castro.
Argumenta que el dinero del que hace ostentación Sandro Castro parece tener un origen turbio, tratando de desligar el poder económico del abuelísimo. Asegura que: “No sé de qué lugar sacó Sandro su dinero, pero seguro estoy de que no se lo dio Fidel. Este pueblo lo sabe, y la CIA también ―vaya usted a saber si no contribuyó indirectamente, no sería la primera vez que corrompe como método de subversión”. Para concluir a medio camino de su artículo, el avieso periodista termina diciendo que: “Sandro no es el "enemigo" ―aunque por razón de su apellido haga daño―, Sandro es un imbécil”.
Ernesto Limia, el gendarme de la prensa oficialista , se respalda en otro artículo de Yuliet Teresa, una comunicadora también, quien se manifiesta con orgullo de ser negra, feminista y cristiana. Trabajadora del Centro Memorial "Martin Luther King" que carga contra Sandro Castro. Desde un discurso manipulado de populismo cederista, de escasez material y moral cristiana, que ya estoy consciente de su procedencia. Dice la comunicadora:

“La última representación del señor Sandro Castro... es la confirmación dolorosa de que en Cuba existe una casta que no se toca, una casta que goza sin pudor de privilegios que resultan obscenos para un pueblo que sobrevive en la cuerda floja de la escasez, del apagón, de la reinvención diaria.” Después se agarra de Martí para decirnos que este dijo, "el lujo excesivo en medio del dolor ajeno es crimen", que “el alma se agranda en la pobreza decorosa, y se envilece en la riqueza ociosa y ostentosa”. Como si no fuera una realidad para la mayoría de los líderes de la Revolución y sus familiares que han hecho de los privilegios, la ostentación y la riqueza excesiva, sus reglas de comportamiento, aunque bien que se han ocultado para no mostrarlas, por aquello que “hay que bañarse y guardar la ropa”…, y las apariencias.
Después la gacetillera del Centro Martin Luther King, se agarra de lo que debe ser la juventud cubana como la soñó Martí, pero el Che no la cumplió, esa del hombre nuevo, que cuando puede se lanza al exilio, escapando de una realidad que ya los ha destrozado y degenerado. Casi concluye diciendo que Cuba “no necesita más herederos del desatino.
Cuba necesita justicia, equidad, sobriedad moral”.
Para alcanzar la justicia, solo es necesario residir en un Estado jurídico, para alcanzar la equidad es necesario un balance moral y compromisos sinceros de una población ya corrompida por el comunismo. Respecto a la sobriedad moral, comencemos por el respeto incondicional al derecho ajeno, la libre expresión de ideas y la libertad que nos es extraña en una dictadura demasiado extendida por los demás.
Sandro Castro aspira a convertirse en el bufón de la corte, y lo consigue. Sólo que, mientras el Patriarca reposa en el cenicero, el gangoso se desplaza entre bebidas y carcajadas. El nieto se desempeña en su rol de playboy leninista, capitalista-marxista-pymero y sibarita de reparto. Todo esto y más, debido a una Revolución que se transformó en una farsa desde el inicio hasta el presente, en una nación en estado de calamidad pública.
Con mucho el sujeto seguirá haciendo lo que bien sabe y puede hacer, asumir el desparpajo, a final de cuentas lo hace en un escenario ya de por si pútrido.
6 de julio de 2025