MIGUEL DÍAZ-CANEL, UN HOMBRE DETENIDO EN EL TIEMPO Parte (No. III) Por el Doctor Alberto Roteta Dorado, Santa Cruz de Tenerife, España.
Bloqueo interno del castrismo Vs. Recrudecimiento del bloqueo del “imperialismo”. Las “revoluciones” de Cuba, Venezuela y Nicaragua como eje del mal en la región. Y ahora otra inesperada frase sorprende al auditorio parlamentario. El presidente se refiere al bloqueo interno. En este sentido afirmó: “En esa escuela nos inspiramos hoy para promover el análisis integral y crítico de lo que anda mal o no anda, para quebrar el bloqueo interno y para pedirles a todos una actitud proactiva, inteligente, comprometida y colectiva, todo lo cual se ha expresado en esta sesión de la Asamblea”. Lo que se pudiera asumir como un ejemplo de cierta liberalidad dentro del discurso -esta vez sí fue un discurso y no una simple alocución, aunque esté lleno de incoherencias e inconsistencias, además de parecer ridículo en casi su totalidad-; aunque nada más distante de toda posibilidad de liberalismo en su torpe y anquilosado pensamiento. Se refiere al bloqueo interno -ya lo había hecho un mes antes durante la clausura del congreso de economistas en La Habana, donde introduce el término para involucrar a los múltiples obstáculos del propio país y de sus dirigentes- porque no le queda de otra, toda vez que la idea es de manejo público para referirse a las múltiples trabas y enormes obstáculos a expensas de la burocracia, la mala gestión, el dogmatismo acérrimo, la incomprensión y el esquematismo de los encargados de administrar y dirigir la nación cubana. No obstante, dejó a un lado toda posible explicación a la utilización de dicha frase y arremetió contra el imperialismo y le ofreció una supremacía al llamado bloqueo impuesto por el gobierno estadounidense. En este sentido expresó: “Juntos, nos consagramos hoy a buscar soluciones que nos permitan enfrentar la compleja situación económica en que nos ha sumido el recrudecimiento del bloqueo, la persecución financiera, la política criminal de la actual administración estadounidense, que en su regreso a la Doctrina Monroe persiste en el enfermizo empeño por borrar del mapa lo que ellos agresivamente catalogan como “eje del mal”, o sea, la Revolución Bolivariana, la Sandinista y la Cubana”. No se trata de ser agresivos al decir que el eje del mal en América Latina, en el hemisferio occidental, y de manera general para todo el mundo, es la existencia de los regímenes de izquierda de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Omitió a Bolivia como generalmente sucede dada la intrascendencia del gobierno de Evo Morales, y de lo poco que aporta a la inestabilidad regional si se le compara sobre todo con los casos de Cuba y Venezuela. Como se necesitaría de un estudio de este tipo solamente dedicado al tema de la repercusión de los regímenes totalitarios de dichos países, algo que de una u otra manera he abordado en este propio medio, me limitaré a hacer referencia a unos pocos ejemplos que demuestran la perversidad de los desgobiernos de estas naciones, de manera particular el de Venezuela, muy de moda por estos días a partir de las denuncias realizadas por la ONU, sin dejar a un lado al de Nicaragua, cuyo 40 aniversario de sandinismo festejan por estos días. Nada más concreto que el reciente contundente informe expuesto por Michelle Bachelet, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), documento imprescindible de inestimable valor en estos duros tiempos en que el pueblo venezolano yace hundido en la peor crisis sociopolítica de su historia. De acuerdo con el Informe de Michelle Bachelet, los servicios de inteligencia han sido responsables de detenciones arbitrarias, maltratos y tortura de los opositores políticos y de sus familiares. Señaló en su extenso informe una "paulatina militarización de las instituciones del Estado durante la última década", lo que ha sido determinante para el incremento de la represión mediante la agresión directa a los opositores.
En su introducción precisa que “la población venezolana está afrontando muy diversas e interrelacionadas violaciones de sus derechos económicos y sociales”. En sus 18 páginas denunció de modo detallado las atrocidades del régimen de Nicolás Maduro insistiendo en las violaciones a los prisioneros políticos. Según el documento:
“Tanto a fuerzas civiles como militares se les atribuye la responsabilidad de detenciones arbitrarias, malos tratos y torturas a críticos del Gobierno y a sus familiares, violencia sexual y de género perpetrada durante los períodos de detención y las visitas, y uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones (…) La proporción de presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas de seguridad, en particular por las Fuerzas Especiales (FAES), en el contexto de las operaciones policiales ha sido sorprendentemente elevada”. El informe también describe abusos sistemáticos por parte de los servicios de seguridad e inteligencia hacia personas detenidas por motivos políticos. En la mayoría de estos casos, se sometió a hombres y mujeres a una o más formas de tortura, como la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, palizas y violencia sexual. A las mujeres las arrastraban por el pelo y las amenazaban de violación.
Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), que los testigos describen como “escuadrones de la muerte”, asesinaron a 5287 personas en 2018 y a otras 1569 para mediados de mayo, como parte de las Operaciones de Liberación del Pueblo, según los informes de los investigadores de las Naciones Unidas.
Foto debajo: El presidente designado de Cuba, como si desconociera la realidad de la difícil situación del pueblo venezolano, fue capaz de aliarse a la maldad del régimen de Nicolás Maduro al dedicar unas palabras de su más reciente intervención a solidarizarse con lo que considera la causa venezolana.
En este sentido expresó:
“Reitero, una vez más, la firme solidaridad y apoyo de Cuba a la Revolución Bolivariana y chavista, a la unión-cívico militar de su pueblo, al Gobierno constitucional encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros y al esfuerzo de ese noble pueblo en defensa de su soberanía y en rechazo de la injerencia extranjera”. Y esto es una de las mayores inconsistencias de su discurso, por cierto, al parecer redactado por él y no por encargo como era evidente en las breves intervenciones de Raúl Castro y en las últimas presentaciones públicas de Fidel Castro. Es inconcebible que a estas alturas, cuando el mundo entero se solidariza con la verdadera causa del pueblo venezolano, y cuando el ignorante mandatario de la nación es rechazado por casi la totalidad de la comunidad internacional, el presidente de Cuba se aparezca con semejantes ridiculeces al identificarse sobremanera con el régimen de Nicolás Maduro. Por otra parte, Nicaragua está celebrando sus 40 años de sandinismo en medio de una crítica situación y una encrucijada que no parece tener solución. Tras los sangrientos sucesos de abril del 2018, el régimen de Daniel Ortega ha quedado aislado tanto en el terreno nacional como internacional. La presencia de unos pocos líderes de solo tres países, Venezuela, Bolivia, y como es de suponer Cuba, en los festejos por la presencia del sandinismo así lo demuestran. Según las recientes declaraciones a El Mundo de Dora María Téllez Arguello, la legendaria Comandante Dos, quien lideró la toma de León por los sandinistas, luego fue ministra de Salud y más tarde fundaría el MRS (Movimiento Renovador Sandinista): "Las dictaduras parecen fuertes hasta que se desmoronan. La de Ortega está derrotada, ha colapsado, cree que gana tiempo pero lo está perdiendo, no gobierna, no maneja la economía, no puede rehabilitar el país, no tiene credibilidad, no es sostenible por la fuerza de las armas y de la policía". Mientras que la periodista Lucydalia Baca afirmó al mismo sitio: "La imagen que evoca el triunfo de la revolución es de muerte, destrucción y exilio, de un país destruido y muy polarizado. En los primeros años recuerdo a personas felices pero eran más las que lloraban a sus muertos y luego a los exiliados". Concluyo esta primera parte de lo que parece ser un análisis exegético de la limitada y anticuada retórica canelista con un señalamiento idiomático. Le recuerdo al presidente de Cuba que la Real Academia de la Lengua Española ha dicho de una vez y por todas que no es necesario hacer distinciones exageradas entre ellos y ellas, esto es, que no debe referirse a compañeras y compañeros, como lo ha hecho de manera reiterada en su intervención. De esto pecan demasiado los líderes populistas de Latinoamérica que se empeñan en decir diputados y diputadas, elegidos y elegidas, amigos y amigas, ministros y ministras, o cualquier otro disparate que no hace más que demostrar su incultura y limitados recursos expresivos verbales. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, vigente en el presente, como documento constituye un ejemplo de estas burradas “comunistoides”; pero así andamos. El tiempo dirá la palabra definitiva y la deberá decir bien. Por ahora basta de compañeras y compañeros, y de acudir a la obsoleta retórica evocativa de los considerados líderes de la generación histórica. Estamos en el siglo XXI y se requiere nuevos bríos en la oratoria de cualquier presidente o líder de estos tiempos, lo que debe reconsiderar el presidente cubano.
Continuará…… Click en este enlace para que lea la ( Parte No.IV ).
albertorot65@gmail.com
|