El feminismo actual, estrechamente vinculado a los colectivos LGTBIQ+ y a toda la carroña de la ideología de género, es uno de los más lucrativos negocios del presente. Desde la perspectiva del victimismo han montado un gran circo para exigir esos supuestos derechos sobredimensionados.
Imagen debajo: Las aspiraciones de las integrantes de los movimientos feministas se encaminan a desacreditar al hombre (como género), a minimizar su participación en todo. Su propósito es el alcance de un protagonismo a expensas de la marginación de los hombres.
Doctor Alberto Roteta Dorado.- Santa Cruz de Tenerife. España.- Retomemos ahora el asunto de la autopercepción. En nuestros días las personas dicen autopercibirse como perros, gatos, murciélagos, vampiros, ciertas especies de vegetales y un largo etcétera. Lamentablemente se ha llegado a esto a partir de la exageración de la idea de lo autopercibido, algo completamente subjetivo e indemostrable; aunque, por desgracia, es aceptado a partir de los aberrantes cánones de la ideología de género.
Si un asesino niega su condición por no percibirse como el autor de un crimen, a pesar de las pruebas objetivas que demuestran su culpa, no puede quedar libre de su correspondiente sentencia. De la misma forma que el asesino debe ser reconocido como tal y no como un inocente porque se sabe que miente; no se debe reconocer ninguno de estos disparates. Los que dicen sentirse como perros mienten, los que dicen ser mujeres cuando en realidad son hombres, también mienten. No hay tal autopercepción y de existir dicha condición debe considerarse patológica y, por lo tanto, debe tratarse como una enfermedad mental.
Por qué se empeñan en reiterar la idea del “respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad”? Ya me referí antes a la necesidad de respetar las preferencias dentro de la sexualidad, siempre que sea dentro de un contexto tolerable y sin causar daño a otros. De modo que ese respeto,tratándose de preferencias sexuales, se debe limitar exclusivamente a la homosexualidad en cualquiera de los dos géneros, visto como preferencias dentro de la sexualidad. La derecha no niega sus derechos, no quiere que se les excluya y se les margine. No se debe sacar de contexto la posición de los movimientos políticos de derecha respecto a este asunto; algo a lo que los progres acuden de manera reiterada para ofrecer una idea descontextualizada y tergiversada de su verdadera posición en este sentido.
Resulta inadmisible que se tolere y se minimice lo que representa que un adulto sienta atracción sexual por los niños, por los animales, por las plantas, por los cadáveres, etc. En los casos antes mencionados se trata de verdaderas aberraciones y perturbaciones mentales; sin embargo, son preferencias que pueden ser incluidas dentro de lo que los progres teóricos de estas cuestiones de género han llamado: “respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad”, como se expone en el último de los conceptos citados en la primera parte de este trabajo, cuya fuente es el Glosario para la igualdad.
Foto debajo: ¿Cómo qué se estará autopercibiendo esta persona? En el actual contexto, bajo la terrible influencia de la ideología de género, todo es posible. En otros tiempos se interpretaría la imagen de esta persona como alguien disfrazado o como alguien con una gran perturbación de su estado mental. En nuestros días será lo que diga, desde la nueva concepción de la autopercepción.
Recordemos que según este Glosario, lamentablemente con un enfoque demasiado parcializado con las propuestas de la ideología de género defendidas por la ultraizquierda, al hacer mención a la ideología de género precisan: “al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad. Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido” (...) “La ideología de género no existe como categoría dentro de las ciencias sociales, es un constructo que busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”.
De manera despectiva se afirma que la ideología de género no existe como categoría dentro de las ciencias sociales; pero la dosis mayor del veneno comunista aparece cuando se expone que: la ideología de género “es un constructo que busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”.
¿Qué es un constructo? El término tan de moda, usado por las feministas acéfalas cuando se les pregunta qué es para ellas una mujer o para los defensores de los tantísimos géneros existentes en el presente que se dispersan en los disparates del famoso constructo, aún sin saber lo que es en realidad un constructo. Constructo se define como una “construcción teórica para comprender un problema determinado”. Según otras fuentes se trata de una “construcción teórica o imaginaria”, lo que, en mi opinión, denota algo muy poco preciso que se dispersa en la nada.
Es lógico que para la comprensión de un problema determinado se requiera un fundamento teórico y no una “construcción”, por cuanto nos podemos construir – dando riendas sueltas a la imaginación– un “constructo” carente de fundamentos sólidos pretendiendo lograr la comprensión de un supuesto problema. Pongamos el ejemplo de un individuo que se autopercibe como un perro. Para la comprensión del comportamiento de alguien que, siendo humano se identifica como un perro, se puede formular un concepto acerca de la idea de la llamada autopercepción. ¿Qué sentido tiene ponerse a especular – esbozar un “constructo” para la comprensión del supuesto perro– acerca del porqué ese individuo se autopercibe como un perro, cuando en realidad se trata de alguien que miente o que tiene un grave desorden mental?
Si se admite que toda persona puede autopercibirse como quiera, aun cuando esté violando todas las leyes de la biología – es lo que hacen los defensores de estas payasadas – estaremos haciendo esa llamada construcción teórica imaginaria (constructo), solo que la construcción resulta tan imaginaria, amén de ridícula y aberrante, que carece de todo fundamento teórico. De ahí que no sirva para nada si se trata de la comprensión de un problema. Si los conceptos de los que se parte son incorrectos o llenos de los múltiples sesgos que le ofrece la ideología de género, sin duda, la formulación de cualquier hipótesis carecerá de valor, con lo que refuto otra de las acepciones que plantea que un constructo es un “conjunto de conceptos usados en la formulación de una hipótesis”.
Así las cosas, el llamado “constructo”, refiriéndose a la ideología de género, no “busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”, como se afirma en el erróneo concepto socialista. No estar de acuerdo con los disparates de la “diversidad” sexual, algo que se impone por los promotores de la ideología de género y de los grupos feministas, no significa que no reconozcamos la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, solo la igualdad y no el privilegio que pretenden tener los desafiantes movimientos feministas del presente. No se puede permitir que se siga presentando a las mujeres bajo el enfermizo ropaje de eternas víctimas.
El feminismo actual, estrechamente vinculado a los colectivos LGTBIQ+ y a toda la carroña de la ideología de género, es uno de los más lucrativos negocios del presente. Desde la perspectiva del victimismo han montado un gran circo para exigir esos supuestos derechos sobredimensionados. Los llamados gobiernos “progresistas” del mundo les apoyan con grandes aportaciones capaces de sustentar sus crecientes demandas. La creación de los Ministerios de Igualdad o similares llevan implícito sumas millonarias para complacer a las eternas “víctimas”.
Foto debajo: No existe la violencia de género; sino la violencia. Se trata de un “constructo” (creación imaginaria) de la ideología de género para sobredimensionar la idea de aparecer como eternas víctimas. No obstante, la propaganda comunista defensora del feminismo promueve acciones de este tipo.
Para que se tenga una idea, en este sentido, vale mencionar los planes del actual Gobierno de España, por desgracia, penetrado por lo peor de la extrema izquierda de la nación. Su Ministerio de Hacienda acaba de proponer un curso de igualdad para los trabajadores a partir de septiembre. Dicho curso, abierto a los empleados públicos, tiene por título Fundamentos sobre la igualdad entre mujeres y hombres. La metáfora de las gafas violeta, el sistema sexo-género o la construcción social del género, son algunos de los bloques temáticos que se abordarán durante la primera semana de este curso. El programa de estudios incluye otras materias como la profundización en “los hombres igualitarios y sus aportaciones” o “HERstory”, una asignatura para afrontar la historia con perspectiva de género. Para finalizar el plan de estudios se ofrecerá una asignatura sobre micromachismo, machismo y masculinidades igualitarias, además de instruir sobre la importancia de unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) con perspectiva de género.
El Gobierno de España ha destinado 63.000 euros a costear talleres de verano “no sexistas” dirigidos a los hijos del personal que trabaja en el complejo del Palacio de la Moncloa, sede del Gobierno, lo que incluye tanto a niños de funcionarios como de altos cargos y asesores. Esta escuela estival está orientada a “hijas, hijos y menores a cargo con edades comprendidas entre 4 y 14 años”. Esto es, sin duda, un ejemplo demasiado concreto del adoctrinamiento que llevan a cabo los gobiernos autoproclamados progresistas; sin olvidar la imposición de la ideología de género en la enseñanza escolar y en los medios de comunicación.
Una cosa es pedir y exigir igualdad de derechos entre los dos únicos géneros existentes y otra, bien distinta, es pretender demostrar una superioridad del género femenino respecto a su opuesto. Si a esto se suma las actitudes constantes de odio hacia los hombres, entonces no nos queda de otra que admitir la naturaleza aberrada de este terrible mal, un mal peor que el cáncer, como afirmara el periodista polemista británico Milo Yiannopoulos y otros del antifeminismo actual como Steve Bannon o medios como Breibart News.
Esta es la triste realidad actual que defienden a “capa y espada” los progres. Muchos intereses políticos y escaso o ningún fundamento científico de solidez. A esto se ha llegado. Será bien difícil detenerlos; pero no imposible.
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